LA CRISIS IATROGÉNICA: CUANDO LA MEDICINA SE CONVIERTE EN MERCANCÍA Y HACE MÁS DAÑO QUE CURA
2024-12-06
Autor: Emilia
Desde los inicios de la civilización, la ciencia ha sido fundamental para mejorar la calidad de vida de la humanidad. Los avances en medicina han permitido erradicar enfermedades, prolongar la vida y ofrecer esperanza frente a dolencias que, en el pasado, resultaban mortales.
No obstante, estos logros tienen un lado oscuro. La farmacología, un campo que debería dedicarse a proteger y sanar, ha caído en la trampa del mercado, convirtiéndose en una máquina de hacer dinero que a menudo prioriza las ganancias sobre la salud de los pacientes.
¿Qué es la crisis iatrogénica?
"Iatrogenia" se refiere al daño causado por la actividad médica. Este término no sólo engloba errores aislados, sino un conjunto de fallos estructurales en el sistema de salud que provocan enfermedades, complicaciones e incluso muertes. Un estudio reciente estimó que en Estados Unidos, cerca de 400,000 muertes anuales se deben a errores médicos prevenibles.
Principales causas de muertes iatrogénicas
Los errores médicos abarcan diversas situaciones, destacando:
1. **Errores de medicación:** Aproximadamente 70,000 muertes anuales son consecuencia de dosis erróneas o interacciones peligrosas entre fármacos.
2. **Complicaciones quirúrgicas:** Se estiman alrededor de 60,000 muertes anuales debidas a infecciones o daños inesperados durante cirugías.
3. **Diagnósticos erróneos:** Se producen cerca de 100,000 muertes anuales por diagnósticos tardíos o incorrectos que impiden tratamientos efectivos.
4. **Infecciones hospitalarias:** Alrededor de 100,000 muertes son atribuibles a malas prácticas de higiene y a la resistencia bacteriana en hospitales.
Estas cifras son alarmantes y no incluyen muertes que ocurren en el hogar después del alta médica, lo que las hace aún más preocupantes.
La pandemia de COVID-19: un amplificador del problema
La pandemia de COVID-19 expuso las fallas de los sistemas de salud a una escala global. Tratamientos que fueron aprobados en tiempo récord, como el remdesivir y el uso excesivo de ventiladores, resultaron tener complicaciones graves posteriores.
Asimismo, las vacunas de mRNA, aunque eran vistas como un avance revolucionario, han sido relacionadas con efectos secundarios severos (como inflamaciones cardíacas), lo que ha generado un escepticismo creciente entre la población. Las grandes farmacéuticas parecen haber priorizado sus beneficios frente a la seguridad de los pacientes.
Cómo han llegado las farmacéuticas a este punto
Gigantes de la industria como Johnson & Johnson, Merck y Pfizer, a pesar de sus avances, han acumulado un historial de prácticas engañosas y negligencias que cuestionan la integridad del sistema. Ejemplos como la crisis de los opioides y el caso Vioxx son solo la punta del iceberg. Además, estas compañías utilizan estrategias cuestionables para maximizar ganancias, a menudo a costa de la salud pública.
Un sistema en connivencia
La falta de supervisión adecuada por parte de las agencias reguladoras como la FDA y el CDC contribuye a este problema. Los conflictos de interés se manifiestan cuando figuras clave de estas agencias acaban trabajando para las mismas empresas que deberían regular, lo que agrava la crisis y deja a los pacientes desprotegidos.
¿Qué puedo hacer?
Ante este panorama, es esencial que los ciudadanos se organicen. La unión en grupos permite:
- **Defender nuestros derechos:** Exigir transparencia y calidad en los tratamientos médicos.
- **Denunciar abusos:** Identificar y exponer las irregularidades de las farmacéuticas y sistemas de salud.
- **Proteger nuestros intereses:** Asegurar que las políticas de salud se enfoquen en las necesidades de los pacientes.
Formar una organización no es complicado. Infórmate sobre los problemas actuales, comparte el conocimiento, fomenta el diálogo y crea un grupo comprometido a actuar en pro de la salud pública.
Crecimiento y acción
A medida que tu grupo crezca, podrán plantearse objetivos más ambiciosos, como colaborar con otras organizaciones y promover la educación pública sobre estos peligros. Recuerda, cada acción cuenta y cada conversación puede ser el principio del cambio que se necesita. ¡Es hora de actuar por nuestra salud!