El New York Times ha sacado a la luz una alarmante tendencia en México: cárteles de drogas, como el Cártel de Sinaloa, están reclutando a estudiantes de química para convertirse en 'cocineros' del letal fentanilo, conocido como la 'droga zombi' por sus devastadores efectos en usuarios.

En un inquietante testimonio anónimo, un estudiante reveló cómo un miembro del cártel logró infiltrarse en su universidad haciéndose pasar por conserje, ofreciendo un oscuro trabajo que prometía altos ingresos: 'Tú decides si te interesa', le dijo, dejando claro el peligro y la seducción de esta oferta.

Los llamados 'cocineros' están siendo seleccionados por sus conocimientos avanzados en química, con la intención de crear fórmulas más potentes que logren enganchar a más consumidores. Esta inquietante estrategia busca también eludir la dependencia de importaciones de compuestos químicos que generalmente provienen de China.

El fentanilo es un opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más poderoso que la morfina, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). La combinación de productos químicos ya importados puede facilitar su producción, pero crear esta droga desde cero implica un conocimiento científico mucho más profundo. Esto provoca que las condiciones de trabajo en los laboratorios clandestinos sean extremadamente peligrosas; los 'cocineros' deben utilizar equipos de protección como máscaras de gas, debido a la exposición a sustancias tóxicas y el riesgo de explosiones.

Lo más inquietante es que, a pesar de los riesgos, estas actividades ilícitas ofrecen remuneraciones mucho más atractivas que los salarios promedio que recibirían en trabajos legalmente establecidos. Un estudiante reclutado, quien buscaba inicialmente estudiar química para desarrollar tratamientos contra el cáncer que padece su padre, relató haber recibido 800 dólares por adelantado y una cifra equivalente mensualmente, una suma considerable en comparación con el ingreso promedio en México.

Una vez que el estudiante aceptó la oferta, fue trasladado a un laboratorio secreto, un proceso que evoca escenas de películas de crimen. Un reclutador que habló bajo condición de anonimato mencionó que buscan jóvenes que no solo posean conocimientos teóricos, sino que también tengan 'experiencia en la calle' y sean discretos, apuntando a una mezcla peligrosa entre la ciencia y el submundo del crimen.

El reclutador expuso: 'Algunos son vagos, otros no son muy inteligentes, algunos hablan demasiado. Somos una empresa. Lo que hace una empresa es invertir en su mejor gente.' Aunque el Cártel de Sinaloa aún no ha logrado producir por sí mismos los ingredientes necesarios para el fentanilo, se muestran optimistas: 'Estamos cerca'.

Este inquietante desarrollo ha generado gran preocupación entre las autoridades, ya que la posibilidad de que estos grupos criminales produzcan los ingredientes dentro de México podría multiplicar la circulación de esta peligrosa droga en la región. Están jugando con fuego y el futuro de muchos jóvenes está en la línea.