Es habitual que Charles Leclerc exprese su descontento cada vez que Carlos Sainz le supera, y el reciente Gran Premio en Las Vegas no fue la excepción. El monegasco, visiblemente frustrado, se mostró más enfadado que nunca durante la carrera y al hablar con los medios de comunicación, su molestia quedó patente.

El equipo Ferrari llegó a Nevada con altas expectativas, pero se vio superado por los Mercedes, lo que les impidió obtener la cantidad de puntos que esperaban. A pesar de que su dúo de pilotos es considerado uno de los más fuertes de la parrilla, el resultado de la carrera fue un podio para Sainz y una cuarta posición para Leclerc, lo que les ayudó a recortar la ventaja con McLaren, su principal rival esta temporada. Sin embargo, este éxito no fue suficiente para Leclerc, quien se mostró muy irritable tras la carrera.

El desempeño de ambos pilotos ha sido muy parejo a lo largo de la temporada. En Las Vegas, ambos mostraron un rendimiento similar, pero aunque Leclerc tuvo un inicio prometedor, fue Sainz quien pudo adelantarlo más tarde. La estrategia del equipo también jugó un papel clave, y después de varios cambios, la situación se tornó complicada para Leclerc, quien tuvo momentos donde evidenció que no podía manejar bien la presión.

En un momento crítico, el ingeniero de Leclerc, Bryan Bozzi, le informó que Sainz había recibido instrucciones de no intentar adelantar, pero esto solo aumentó la frustración del monegasco. Con sarcasmo, Leclerc sugirió que tal vez deberían comunicarse en español, insinuando que sus quejas no estaban siendo entendidas correctamente. Esta respuesta ilustró cómo Leclerc tiene dificultades para aceptar que a veces debe ceder ante su compañero de equipo.

Con el podio de Sainz como telón de fondo, Leclerc continuó quejándose por la radio, afirmando que había hecho su trabajo, pero que le molestaba ser amable continuamente, ya que consideraba que debía haber más respeto entre ellos. A pesar de su enfado, sus quejas parecían infundadas, dado que en el pasado, él mismo había tomado decisiones que afectaron a Sainz, por ejemplo, en Monza 2023.

A medida que Leclerc intentó calmarse, él mismo sugirió que había dejado la radio encendida accidentalmente, una justificación que no convenció a muchos, ya que mostraba que aún se sentía perjudicado.

Sainz, por su parte, mantuvo su compostura y fue diplomático ante las preguntas de los periodistas, mientras Leclerc trató de suavizar su imagen en las entrevistas, diciendo que no había una razón para justificar su rabia. Sin embargo, cuando tuvo la oportunidad de hablar con medios de comunicación británicos y otros, continuó sugiriendo que Sainz no estaba respetando sus acuerdos, afirmando que ahora pensaría solo en sí mismo.

Esta situación refleja la constante batalla emocional dentro de Ferrari, donde la presión y la competencia entre compañeros de equipo se intensifican con cada carrera. ¿Cómo manejarán ambos pilotos esta tensión a medida que avanza la temporada? ¿Podrán coexistir en un ambiente donde el éxito individual puede a menudo chocar con la unidad del equipo? Solo el tiempo lo dirá en esta fascinante pero complicada relación de equipo.