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Líbano: El increíble éxito económico de los libaneses migrantes en América Latina que perdura hasta hoy

2024-10-03

El éxito económico alcanzado por los libaneses que emigraron a América Latina en el siglo XIX, y que actualmente es continuado por sus descendientes, es una historia digna de contar.

A lo largo de 150 años, millones de libaneses han buscado mejores oportunidades fuera de su país, con América Latina como uno de los destinos más atractivos. En Brasil, se estima que entre 8 y 10 millones de personas tienen raíces libanesas, mientras que en toda la región, desde México hasta Argentina, se calcula que hay aproximadamente cuatro millones más.

Estos inmigrantes han dejado una huella imborrable en diversas áreas, particularmente en los negocios, donde apellidos como Slim (México), Jafet y Ghosh (Brasil), Char (Colombia), Menem (Argentina) y Saieh (Chile) son sinónimos de éxito empresarial. Además, figuras del entretenimiento como Shakira, Salma Hayek y Ricardo Darín demuestran el impacto cultural de esta diáspora.

La diáspora libanesa en América Latina es casi tres veces la población actual de Líbano, que enfrenta una crisis generada por conflictos internos y externos. Sin embargo, el recorrido hacia el éxito de esta comunidad no fue fácil. Historiadores como Carlos Martínez Assad destacan cómo la migración solidaria y el establecimiento de redes entre libaneses facilitaron su adaptación y prosperidad en sus nuevos países.

La decisión de abandonar Líbano, que fue parte del Imperio Otomano durante siglos, se debió a condiciones de inestabilidad política y social. La escasez de alimentos y las disputas entre comunidades religiosas llevaron a los maronitas, en particular, a buscar una vida mejor en América. Las primeras oleadas de emigración comenzaron en 1860 y se intensificaron durante la Primera Guerra Mundial.

Al llegar a América Latina, los libaneses en su mayoría se dedicaron al comercio, comenzando a establecer redes comerciales que les permitieron prosperar. Su facilidad para adaptarse fue facilitada por sus conexiones culturales, especialmente con Francia, que influyó en su dominio del español y portugués, facilitando así su integración.

A medida que los libaneses se asentaban, comenzaron como vendedores ambulantes, llevando productos innovadores a las comunidades donde se establecieron. Este fenómeno de comerciantes ambulantes se popularizó rápidamente y les otorgó una reputación como empresarios activos.

Con el tiempo, muchos libaneses se establecieron como comerciantes exitosos y se expandieron a otras industrias, convirtiéndose en propietarios de grandes empresas y estando involucrados en la política en diversos países de América Latina.

El impacto de los libaneses en la política es notable: presidentes como Carlos Menem en Argentina, Plutarco Elías Calles en México y Abdalá Bucaram en Ecuador tienen ascendencia libanesa. En Brasil, Michel Temer llegó a ser presidente (2016-2018) con raíces en esta comunidad.

Sin embargo, esta comunidad no se ha librado completamente de escándalos. En México, algunos miembros de las familias Nacif y Kuri han estado involucrados en controversias que han puesto en el punto de mira a toda su comunidad, a pesar de que estos eventos son aislados.

A pesar de todos estos desafíos, la dedicación y el enfoque en el trabajo de las primeras generaciones libanesas en América Latina han sido esenciales para su éxito. Hoy en día, los constantes conflictos en Líbano son fuente de preocupación para la diáspora, que observa con angustia la situación que afecta a su tierra natal. Como refleja el poema de Roda Fawaz: “Ser libanés es dejar Líbano, pero Líbano nunca te abandona”. Esta frase captura la esencia de la identidad libanesa entre quienes han encontrado hogar en América Latina.