El sector empresarial continúa firmemente en contra del proyecto de negociación multinivel que el gobierno pretende aprobar en el Congreso antes de que finalice el año.

Este proyecto ha sido calificado por representantes del mundo privado como una "mala política pública" que perjudica la productividad del país, transformándose en el epicentro del debate sindical.

Mientras algunos líderes empresariales insisten en la necesidad de que todas las industrias se sumen a esta iniciativa, otros gremios argumentan que el enfoque debería estar en implementar jornadas laborales más flexibles para combatir la informalidad en el empleo.

Contexto de la Negociación Multinivel

Recientemente concluyeron los diálogos de la mesa tripartita sobre la negociación multinivel que será presentada este año en el Congreso; tanto la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) como el gobierno reconocen que el proceso legislativo será complejo y estará lleno de desafíos.

A última hora, las pequeñas y medianas empresas (Pymes) se unieron a esta mesa técnica, lo que genera una expectativa sobre cómo se desarrollarán las conversaciones futuras.

Sin embargo, la decisión del sector privado de distanciarse de las negociaciones ha sido observada con desconfianza por parte del Ejecutivo, que sostiene que no solo se está considerando esto como una "mala política pública", sino que los acuerdos previos se tomaron sin contemplar sus opiniones.

Juan Armando Vicuña, expresidente de la Cámara Chilena de la Construcción, enfatizó que estos temas se discutían en otros espacios y subrayó que se trata de una mesa "coja" sin la representación completa del sector empresarial.

Llamado a la Inclusión

María Teresa Vial, presidenta de la Cámara de Comercio de Santiago, que incluye a varias grandes empresas, enfatizó que cualquier avance en los derechos laborales debe ser parte de la discusión, aunque insistió en que, en este momento, la prioridad es abordar el problema de la informalidad.

Por otro lado, David Acuña, presidente de la CUT, destacó que en sectores específicos, como la minería, las conversaciones se están desarrollando de manera adecuada, y no comprende por qué esta dinámica no se replica a nivel nacional, lo que podría brindar un enfoque más inclusivo.

Setemin, que representa al 95% de los trabajadores sindicalizados del sector minero en Chile, desde las grandes empresas hasta las pequeñas minerías, también ha manifestado su apoyo hacia la negociación multinivel. Oscar Villarroel, presidente de la Federación de Supervisores de la Minería Privada y miembro del directorio de Setemin, defendió la negociación, haciendo un llamado claro a la inclusión de todas las industrias en estas discusiones fundamentales.

¿Qué sigue?

La incertidumbre persiste en torno al futuro del proyecto de negociación multinivel. La falta de consenso entre los actores principales podría dilatar el proceso legislativo e impactar en las relaciones laborales en el país. La pregunta en el aire es: ¿podrán el gobierno y los empresarios encontrar un camino común que beneficie a todos los sectores sin comprometer la productividad nacional?