Un ataque aéreo del Ejército israelí la madrugada de este lunes provocó al menos cuatro muertos y más de 40 heridos en el hospital Mártires de al Aqsa, situado en Deir al Balah, Gaza. El bombardeo impactó directamente en las tiendas de campaña que albergaban a desplazados dentro del hospital, que ya había sido atacado en seis ocasiones anteriores, según reportes del Ministerio de Sanidad de Gaza.

Las víctimas mortales del ataque incluyen en su mayoría a mujeres y niños, y la situación es crítica, ya que el bombardeo causó incendios devastadores en la zona. Videos que circulan en redes sociales muestran explosiones terribles, así como a algunas víctimas atrapadas entre las llamas, una imagen desgarradora que ilustra la magnitud de la tragedia.

El Ejército de Israel, conocido por sus tácticas de combate avanzadas, justificó la operación en un comunicado, afirmando que se trataba de un "ataque preciso" dirigido contra lo que describieron como "terroristas" que operaban un centro de mando dentro del hospital. Este relato ha sido comúnmente utilizado por las fuerzas israelíes para justificar ataques en áreas con alta concentración civil, un hecho que ha despertado condenas internacionales.

El ataque a este hospital ocurre en un contexto de escalada de violencia, ya que se produjo poco tiempo después de otro bombardeo israelí que dejó al menos 23 muertos en una escuela Mufti, donde también se refugiaban desplazados en el campamento de Nuseirat. Las fuentes médicas en Gaza indican que más de 300 personas han perdido la vida desde que comenzó la nueva ofensiva terrestre de Israel en la región, el 6 de octubre.

Hamás, el gobierno de facto en la Franja de Gaza, describió el ataque como una "horrible masacre". Los líderes del grupo afirmaron que las acciones de Israel no habrían podido llevarse a cabo sin el respaldo de Estados Unidos y el "silencio internacional" ante las violaciones de derechos humanos. Estas declaraciones provocan un creciente llamado a la acción de la comunidad internacional para detener la violencia y buscar una solución a largo plazo.

La situación humanitaria en Gaza se deteriora rápidamente; con hospitales saturados y escasez de suministros médicos, la población civil enfrenta condiciones extremas. Organismos internacionales han expresado su preocupación y piden un cese al fuego inmediato para proteger a los civiles y facilitar la asistencia humanitaria.