Matías Fernández, considerado uno de los últimos grandes ídolos de Colo Colo, dejó una huella imborrable en el fútbol sudamericano. En la temporada 2006, su talento deslumbró a todo el continente con regates excepcionales, rabonas y disparos libres magistrales, lo que lo llevó a ser reconocido como el mejor jugador de América y a ser transferido al Villarreal de España por una cifra millonaria. A pesar de tener una carrera destacada en Europa, el rendimiento que Matigol mostró en su etapa en Colo Colo prometía mucho más, generando expectativas de que alcanzaría los clubes más grandes del mundo.

En una reciente entrevista con Las Últimas Noticias, Fernández abordó la razón por la cual no alcanzó el nivel esperado, señalando que todo se debió a un problema físico y no a su elección de vida religiosa. "Creo que hice una bonita carrera y que llegué donde tenía que llegar. Jugué en equipos importantes como Villarreal, Fiorentina, Milan y Sporting de Lisboa, gané la Copa América y jugué en un Mundial. Eso es bastante", aseguró.

Cuando se le preguntó si su fe tuvo algo que ver con sus ambiciones, Matías fue claro: "Pensar y decir eso es no conocerme. Me hice cristiano en 2014, precisamente en el año que no pude ir al Mundial debido a una lesión. Mi carrera ya estaba construida antes de eso".

Fernández explicó que las razones por las que no logró dar el salto a clubes como Real Madrid, Barcelona o Juventus estaban relacionadas con su capacidad física. "La gente no lo sabe, pero podía jugar un domingo de forma extraordinaria, pero no podía mantener el mismo nivel el miércoles para otro partido. Yo era consciente de eso, pero siempre quise estar presente".

Además, añadió que esta situación era un tema que discutía frecuentemente con sus entrenadores, quienes lo apoyaron en su desarrollo. Sin embargo, nunca alcanzó el nivel físico de otros jugadores destacados como Arturo Vidal, Alexis Sánchez o Claudio Bravo.

Matías concluyó con una reflexión sobre su carrera: "Nada tuvo que ver con que leyese la Biblia o que fuera una persona callada. Simplemente, a veces el cuerpo no responde como uno desea". En la actualidad, Fernández mira hacia atrás con orgullo por lo que logró, pero no puede evitar recordar las oportunidades que quedaron en el camino. ¿Podría haber sido una leyenda aún más grande si las circunstancias hubieran sido diferentes?