Ciencia

Nicolás Haddad: La Increíble Historia del Ingeniero de Telescopios que Prefiere la Tecnología a las Estrellas

2024-11-30

Autor: Benjamín

Nicolás Haddad, un ingeniero chileno de vasta trayectoria, se ha desempeñado como ingeniero de instrumentación en el Observatorio Europeo Austral (ESO) por casi 40 años. Aunque llegó a su umbral de edad de 65 años en octubre de 2024, markando el fin de un capítulo en su vida laboral, su amor por la tecnología y la computación promete seguir brillando.

En una reveladora entrevista con BiobioChile, Haddad compartió sus experiencias más curiosas y humanas mientras trabajaba en el Very Large Telescope (VLT), situado en el desierto de Atacama, uno de los más grandes y potentes del mundo. Desde 2001, su vida ha estado inmersa en este monumental telescopio, que comenzó sus observaciones en 1998.

Contrario a lo que muchos podrían pensar, el ingeniero admitió que la astronomía nunca fue su mayor atractivo: "Me gusta mirar la Vía Láctea, pero no me gusta tanto observarlo con telescopios. Mi verdadera pasión es la tecnología detrás de la astronomía", comentó.

Los ingenieros como Haddad son fundamentales para que la astronomía sea posible. Sin ellos, el VLT no podría realizar las observaciones que ha hecho en los últimos años. "Operar un telescopio y sus instrumentos requiere la colaboración de múltiples equipos" y añadió que su enfoque siempre ha estado en la parte tecnológica y de programación, que es la esencia para que telescopios revolucionarios funcionen.

Desde sus inicios en la Universidad de Chile, donde estudió Ingeniería Civil Eléctrica, su primer contacto con el ámbito astronómico fue automatizando un pequeño telescopio en el Cerro Calán. Luego, se unió al equipo de La Silla, donde comenzó su carrera en el mundo de la astronomía, en un observatorio que entonces contaba con 13 telescopios y un creciente número de ingenieros y técnicos.

El VLT se encuentra a unos 2.600 metros de altitud, aproximadamente a 2 horas y 30 minutos en auto desde Antofagasta. Desde el principio, Haddad experimentó un entorno muy distinto al actual, donde los ingenieros se alojaban en contenedores antes de la construcción de la moderna residencia de ESO.

Ahora, el VLT cuenta con instalaciones que incluyen habitaciones privadas, un gimnasio, piscina y áreas de ocio, además de una impactante vista del desierto. Sin embargo, la limitación de la luz artificial ha permitido una observación clara del cielo nocturno, una práctica de gran valor tanto para astrónomos como para quienes simplemente aprecian la belleza del cosmos.

"Lo que más me llevo de esta experiencia es el compañerismo y las amistades que formé", expresó Haddad, añadiendo que los momentos compartidos son difíciles de olvidar. Con planes de establecer un pequeño laboratorio en su casa y explorar el fascinante mundo de la automatización y el Internet de las Cosas, su viaje profesional no termina aquí. Además, desea compartir sus conocimientos con las nuevas generaciones, enseñando programación y electrónica a los niños de su comunidad.

Con un futuro brillante por delante, Nicolá Haddad no solo deja atrás una exitosa carrera, sino que también se embarca en una nueva etapa, llena de nuevas oportunidades y retos. ¿Qué otros secretos del universo y la tecnología están por descubrirse? La historia de Nicolás Haddad es una prueba de que la pasión por la ciencia y la tecnología puede ir mucho más allá de las estrellas.