¿Quién asumirá el control tras la fuga de usuarios de la red social X?
2024-11-21
Autor: Mateo
Cuando Elon Musk concretó la compra de Twitter en 2022 por 44 mil millones de dólares, lo hizo sabiendo que estaba cerrando una etapa importante en la historia de las redes sociales. Su argumento principal fue luchar por la libertad de expresión en un mundo que percibe como dominado por la cultura 'woke', pero lo que realmente ha logrado es transformar la antigua plataforma en un medio personal de comunicación global.
El colapso de Twitter fue evidente cuando la plataforma cambió su nombre a X, una aplicación que Musk imagina como un acceso integral a todos sus servicios digitales, desde Grok hasta streaming de video al estilo de Twitch, aunque muchos de estos proyectos siguen siendo más promesas que realidades.
En realidad, la decadencia de Twitter comenzó con las decisiones controvertidas de Musk, que no solo alienaron a sus usuarios, sino que también alejaron a los anunciantes, el núcleo de cualquier red social. La eliminación de la verificación de cuentas, el despido masivo de personal que resultó en fallos constantes de servicio, junto con el cierre del Consejo de Confianza y Seguridad, fueron solo algunos de los cambios que precipitaron la caída de una plataforma que alguna vez fue robusta.
X se ha convertido en un experimento fallido, donde el dueño puede demandar a anunciantes, hacer encuestas para seleccionar a un CEO y ser incluido en los mensajes recomendados, incluso si el usuario lo ha bloqueado. A pesar de perder casi 30 millones de usuarios activos desde 2022 y haber visto su valor de mercado caer un 70%, dos factores han mantenido a X en pie: su rol en la reelección de Donald Trump y la falta de competencia equivalente en el mercado.
Recientemente, personalidades públicas y medios como The Guardian han expresado su intención de abandonar la plataforma, lo que plantea la pregunta: ¿a dónde irán estos usuarios insatisfechos? Actualmente, dos plataformas están compitiendo por atraer a los exiliados de Twitter: Threads y Bluesky. ¿Cuál de estas plataformas será capaz de sustituir a Twitter o, tal vez, será el momento de aceptar el cambio y adaptarse a nuevas redes?
Después de la compra de Twitter, el equipo de Instagram rápidamente se puso a trabajar en su propia aplicación de microblogging, resultado en el lanzamiento de Threads en julio del años 2023. Con la ventaja de una base de usuarios lista gracias a su conexión con Instagram, Threads se disparó, llegando a 30 millones de usuarios en solo un día. Sin embargo, enfrentó críticas por problemas de privacidad y vinculaciones con la cuenta de Instagram que perjudicaron su crecimiento inicial.
A pesar de tener un rápido aumento de usuarios, Threads todavía enfrenta dificultades. La esencia de la plataforma ha resultado en interacciones superficiales, donde la mayoría de los usuarios parecen utilizarla solo para obtener 'likes' y reconocimiento, en lugar de fomentar el diálogo significativo. Esto se ha puesto de manifiesto en eventos recientes, donde la calidad de las discusiones ha dejado mucho que desear, diluyendo la experiencia que los usuarios buscan en una red social.
Por otro lado, Bluesky, creador por Jack Dorsey, el antiguo CEO de Twitter, ha comenzado a ganar popularidad como una alternativa más auténtica. Su crecimiento, aunque más lento que el de Threads, comenzó a despegar tras escándalos recientes en X. A finales de agosto de 2023, se registró un aumento significativo de usuarios cuando se cerraron las operaciones de X debido a un juicio en Brasil, lo que llevó a la plataforma a alcanzar rápidamente 20 millones de usuarios.
A diferencia de Threads, Bluesky busca replicar la experiencia básica de Twitter antes de la masificación, ofreciendo un espacio menos comercializado y más centrado en la comunidad. Esto, en el contexto de la nostalgia de los primeros días de Twitter, podría atraer a aquellos usuarios que añoran una red social auténtica, característica de los primeros días de la plataforma.
A medida que la situación en X sigue deteriorándose debido a la controversia en torno a su propietario, la búsqueda de alternativas se intensificará y las nuevas redes sociales, como Threads y Bluesky, tendrán que ver cómo recogen los frutos de este descontento. La pregunta es: ¿cuál se quedará con los usuarios que ahora emprenden su propio camino hacia tierras digitales menos problemáticas?