El escándalo en torno a Cathy Barriga sigue tomando fuerza con nuevas declaraciones que la pintan como la orquestadora de un sistema corrupto en la Municipalidad de Maipú. Durante una declaración el 5 de noviembre de este año, Andrea Díaz Troncoso, exadministradora municipal, aseguró que la exalcaldesa ignoró una serie de informes diseñados para reducir gastos innecesarios en el presupuesto municipal de 2020, y que se comunicaba con el diputado Joaquín Lavín únicamente por WhatsApp, evitando cualquier vínculo institucional.

Díaz, quien se ha convertido en un testigo clave en el caso que investiga fraude al fisco, reveló que Barriga desvió la atención hacia el festival Maipeluza, un evento por el cual desembolsó más de $2 mil millones, mientras premiaba a su propio hijo en el escenario. La excolaboradora no dudó en afirmar que la única preocupación de Barriga en septiembre de 2019 era este festival, haciendo eco de la falta de prioridades e incluso de responsabilidad fiscal en su gestión.

Otros testigos, entre ellos antiguos funcionarios de la municipalidad, también corroboraron que la exalcaldesa no solo ignoraba los informes sobre el estado financiero de la comuna, sino que tenía conocimiento de irregularidades que amenazaban la estabilidad económica de Maipú. "Cathy Barriga sabía todo", mencionó María Isabel Palma, quien trabajaba en la Dirección de Asuntos Financieros y quien detectó irregularidades en el presupuesto, pero fue amenazada para que escondiera la información.

La nueva ola de testimonios ha llevado a que las autoridades judiciales decidieran revocar la libertad de Barriga, quien ahora enfrenta nuevamente una prisión preventiva. En una reciente audiencia, se argumentó que el retorno a la cárcel era necesario debido a la fuerte evidencia presentada que muestra su implicación en los delitos investigados.

El tribunal de apelaciones consideró que los esfuerzos de la defensa de Barriga no fueron suficientes para contrarrestar las pruebas en su contra. "Los antecedentes aportados por los testigos demuestran la existencia de delitos y la participación activa de la imputada", sentenció la jueza del caso.

Este regreso a prisión no solo proporciona un nuevo capítulo a la saga de corrupción que rodea a la exalcaldesa, sino que también plantea serias dudas sobre su futuro en la política. Barriga se ha defendido acusando de misoginia a las autoridades actuales, en un intento por desviar la atención de las graves acusaciones que enfrenta.

A medida que más excolaboradores deciden romper el silencio, la sombra de Cathy Barriga se alarga sobre el futuro político de la comuna, una comunidad que ahora debe enfrentar las consecuencias de una gestión marcada por el derroche y la falta de transparencia.