La yerba mate, conocida científicamente como Ilex paraguariensis, no es solo una planta, sino un símbolo cultural profundamente arraigado en la vida cotidiana de Argentina, Uruguay y otras regiones del Cono Sur. Su infusión, que contiene cafeína, la convierte en la tercera bebida más consumida del mundo, superada únicamente por el café y el té. Pero, ¡atención! Un grupo de investigadores argentinos ha dado un gran paso hacia el futuro al descifrar el genoma de esta icónica planta.

Liderado por el renombrado experto Adrián Turjanski del Instituto de Química Biológica de la UBA (IQUIBICEN), y con la colaboración de equipos de Brasil, Europa y Estados Unidos, este proyecto titanígeno se inició hace una década. Los resultados, que serán publicados próximamente en la revista eLife, revelan no solo el genoma de la yerba mate, sino también detalles acerca de la biosíntesis de la cafeína, un aspecto crucial de su composición química.

¿Cómo se logró semejante avance? Este estudio comenzó en 2015 con el apoyo del Ministerio de Ciencia de la Nación, que financió las primeras etapas del proyecto. Con este respaldo, se estableció una plataforma nacional de genómica y bioinformática, que busca optimizar recursos y potenciar nuevas investigaciones sobre la yerba mate. Una base sólida que podría transformar la producción y el consumo del mate a nivel global.

Turjanski explicó que, gracias al mapeo genético, ahora los científicos pueden modificar la expresión de los genes para mejorar las características de la planta. Esto abre la posibilidad de cultivar yerba mate en regiones menos aptas y de optimizar su calidad y cantidad. "Imaginemos yerba mate descafeinada o varieties con un sabor más dulce", sugirió Turjanski, destacando que el acceso al genoma es clave para posicionar a la yerba mate en un nuevo nivel.

Pero eso no es todo. La yerba mate contiene una notable cantidad de metabolitos beneficiosos para la salud humana, como el ácido clorogénico, que se extrae para la producción de suplementos alimenticios. Este componente no solo actúa como protector cerebral, sino que también es un precursor para el desarrollo de productos medicinales.

El proceso de secuenciación involucró la extracción de ADN de plantas cultivadas en las provincias de Misiones y Corrientes, epicentros de la producción de yerba mate. Por medio de avanzadas técnicas de secuenciación, el equipo logró superar limitaciones de información y establecer un mapa genético detallado. Este esfuerzo interdisciplinario es un gran ejemplo de colaboración científica internacional, con contribuciones clave de laboratorios de Alemania y Brasil.

Los investigadores descubrieron que un ancestro de la yerba mate duplicó su genoma hace aproximadamente 50 millones de años, lo que fue fundamental para su evolución y su capacidad para sintetizar compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes y estimulantes. El análisis de la biosíntesis de la cafeína ha ayudado a confirmar que esta sustancia se genera de manera independiente en la yerba mate y el café, un fenómeno conocido como evolución convergente.

El potencial de esta investigación es ilimitado. Con el conocimiento genómico, se pueden desarrollar variedades de yerba mate adaptadas a diferentes condiciones de cultivo, lo que podría no solo ayudar a los productores, sino que también podría revolucionar el mercado con nuevos productos innovadores.

Finalmente, el equipo de investigadores asegura que el acceso al genoma de la yerba mate es un gran paso hacia el futuro de la industria, que podría beneficiarse de métodos más avanzados que la producción artesanal actual. Así, este noble mate argentino no solo se queda en la mesa, sino que avanza hacia una revolución científica que podría colocar a Argentina como un líder mundial en biotecnología agrícola. ¡Prepárense para una nueva era del mate!