Ciencia

¡Revolución en la Física! MATHUSLA: ¿La nueva esperanza del Gran Colisionador de Hadrones?

2025-04-10

Autor: Valentina

El LHC y sus misterios sin resolver

El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) ha estado a la vanguardia de la investigación científica durante más de diez años, desentrañando los secretos del universo. Sin embargo, aún hay enigmas que parecen evadir su análisis. Algunos de estos pueden encontrarse en partículas que tienen vidas tan prolongadas que resultan invisibles para los detectores actuales. Ahora, un nuevo y ambicioso proyecto, con un nombre bíblico, promete cambiar las reglas del juego: MATHUSLA.

MATHUSLA: El cubo que podría atraparlo todo

MATHUSLA (MAssive Timing Hodoscope for Ultra-Stable neutraL pArticles) es el innovador detector de partículas diseñado para cazar lo que parece inalcanzable. Su nombre hace referencia a Matusalén, quien, según la Biblia, vivió casi mil años, reflejando la aspiración del detector de identificar partículas de larga vida que han eludido los sensores del LHC. Este asombroso artefacto, dimensionalmente titánico con 40 metros de lado y 11 de alto, se instalaría cerca del LHC, usando su actividad para captar estas elusivas partículas.

¿Por qué es vital MATHUSLA?

Desde el histórico descubrimiento del bosón de Higgs en 2012, los físicos han debatido cuál será su próximo gran avance. Aunque el LHC ha sido crucial para validar numerosas teorías del Modelo Estándar, el consenso es que los descubrimientos más sorprendentes aún están por llegar, probablemente exigiendo nuevas herramientas. MATHUSLA se presenta como una opción económica e ingeniosa, con un costo estimado de 44.5 millones de dólares, para ampliar las capacidades del LHC sin la necesidad de construir un nuevo coloso.

MATHUSLA frente al futuro de la física

El Colisionador Circular del Futuro (FCC) está en desarrollo, con un presupuesto astronómico de 17 mil millones de dólares, pero no estará operativo hasta mediados de siglo. En contraposición, MATHUSLA podría comenzar sus operaciones en la próxima década, sincronizándose con el LHC de Alta Luminosidad, que empezará a funcionar en 2029.

Una puerta hacia lo desconocido

El entusiasmo dentro de la comunidad científica por esta propuesta no es casualidad; representa una oportunidad tangible para explorar más allá de nuestros conocimientos actuales. Las partículas de larga vida podrían ser la clave para entender nuevas interacciones fundamentales, la materia oscura y fenómenos más allá del Modelo Estándar.

Un guiño irónico al pasado

El nombre MATHUSLA no solo es significativo por su función, sino que también añade un toque de humor en su elección. Matusalén, quien vivió según las escrituras bíblicas 969 años, establece un curioso paralelismo: si alguna de estas partículas logra vivir la milésima parte de eso en términos subatómicos, MATHUSLA podría finalmente darles caza.