El Gobierno chileno ha dado un paso decisivo hacia una transformación radical del sistema de isapres, cumpliendo con el compromiso establecido en la reciente ley corta. Este lunes, se presentó un innovador proyecto para modificar profundamente el sistema privado de salud.

Con el objetivo de acabar con las preexistencias, el Ejecutivo no solo se quedó allí, sino que propuso una reforma que podría revolucionar el sector. Desde el inicio de su mandato, todos los gobiernos han considerado esta medida, pero nunca había logrado concretarse. Ahora, se pone fin a las tablas de factores y se establece una tarifa plana en todo el sistema privado, promoviendo así la mancomunación de riesgos entre todos los asegurados.

Los cambios no impactarán de inmediato a los actuales afiliados, quienes no estarán obligados a anular sus contratos ni a migrar al nuevo régimen de forma forzosa. Esto significa que las isapres ya no podrán ofrecer diferentes tipos de contratos; se creará un plan común de salud que será único y comparable, con la competencia centrada únicamente en el precio y la red de prestadores incluidos en la oferta.

Para definir las características de este nuevo plan de salud, se formará un comité de siete expertos que asesorará al Ministerio de Salud. Las aseguradoras tendrán prohibido ofrecer beneficios adicionales, eliminando así oportunidades para la discriminación en el acceso a la salud.

Un aspecto clave de la reforma es que las isapres perderán la facultad de segmentar por riesgo sanitario. Esto permitirá una libre movilidad de los usuarios y se eliminará la obligación de informar sobre condiciones de salud preexistentes, así como la prohibición de exclusiones o períodos de carencia no contemplados en el plan común de salud.

Los cambios se implementarán de forma gradual, garantizando que los afiliados actuales no se vean obligados a dejar sus planes antes de la entrada en vigencia del nuevo sistema.

¿Qué sucede con el financiamiento?

Aunque la necesidad de avanzar en esta reforma era un consenso generalizado, el tema del financiamiento provoca disparidades en la industria. Durante una asesoría al Senado, se planteó un fondo de compensación de riesgos inter-isapres que era bien recibido por el sector privado, pero el Gobierno ha optado por exigir que las isapres contraten un reaseguro, lo cual significa contratar a otra aseguradora para cubrir riesgos atribuibles al mayor gasto en el nuevo plan común.

Sin embargo, este reaseguro podría suponer un costo adicional significativo. Expertos advierten que esta decisión podría llevar a un aumento en las primas para todos los usuarios, especialmente afectando a quienes actualmente se encuentran en mejores condiciones de salud. Se teme que las empresas que operan con carteras de mayor riesgo enfrenten problemas financieros serios, lo que podría desencadenar un colapso en el sistema.

Cuidado con la selección adversa

Otro de los principales temores en la industria es el fenómeno de la selección adversa, donde los individuos con mayores riesgos de salud optan por el sistema privado, mientras que los más saludables prefieren no integrarse. Esto podría llevar a un círculo vicioso que amenace la viabilidad de las isapres.

El proyecto permite que cada año, en junio, los afiliados cambien de isapre sin penalizaciones, además de que los cotizantes de Fonasa puedan acceder al plan común en instituciones privadas. Sin embargo, surge la pregunta: ¿cuáles son las medidas para evitar la selección adversa? Aún hay muchos puntos oscuros que generan preocupación entre los expertos y los directivos de las isapres.

Este cambio en el enfoque del sistema de salud en Chile abre la puerta a una nueva era, pero también plantea desafíos cruciales que deberán ser abordados para garantizar equidad y acceso para todos los ciudadanos. ¡Estaremos atentos a cómo se desarrolla esta histórica reforma!