El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, hizo un llamado este lunes a los cascos azules de la misión de paz de la ONU en Líbano (Finul), sugiriendo que lo más prudente sería que se retiraran "temporalmente" de la región. Este comentario se produce tras varios ataques recientes que han dejado a cinco miembros de esta fuerza de paz heridos.

En un videomensaje, Netanyahu afirmó: “La mejor manera de garantizar la seguridad de los soldados de la Finul es atender la petición de Israel de alejarse temporalmente de la zona de peligro”. Además, calificó como “completamente falsa” la acusación de que el Ejército israelí atacó intencionadamente al personal de la ONU, lo que demuestra la creciente tensión en la región.

Desde el inicio de la invasión terrestre de Israel el pasado 1 de octubre, el Gobierno israelí ha solicitado en repetidas ocasiones a la Finul que abandone el sur del Líbano. Sin embargo, los cascos azules han rechazado la solicitud, incluso ante el peligro de ser alcanzados en su cuartel general en Naqoura y en posiciones cercanas.

Este fin de semana, la misión de la ONU informó que un soldado resultó herido “por disparos” en Naqoura, pero la situación se tornó más grave el día siguiente. Dos tanques Merkava israelíes derribaron la entrada de una base de la Finul en Ramyah, ingresando en sus instalaciones.

En respuesta a este incidente, Netanyahu volvió a acusar a los soldados de la Finul de actuar como “escudos humanos” para el grupo chií libanés Hezbolá. En un mensaje dirigido a António Guterres, secretario general de la ONU, pidió la evacuación de las bases, aunque es importante recordar que la responsabilidad del mandato de la misión de paz recae en el Consejo de Seguridad de la ONU, y Guterres no tiene autoridad para realizar tales decisiones de manera unilateral.

El primer ministro israelí reiteró su acusación a Hezbolá de utilizar las instalaciones de la Finul como refugio mientras lleva a cabo ataques contra ciudades y comunidades israelíes, aunque no presentó pruebas que respaldaran sus afirmaciones.

“Israel tiene todo el derecho a defenderse de Hezbolá y continuará haciéndolo”, subrayó Netanyahu, expresando su pesar por cualquier daño colateral que pudiera sufrir el personal de la misión de la ONU.

Desde hace tres semanas, Israel ha intensificado su campaña de bombardeos en el sur y el este del Líbano, así como en la capital, Beirut. Esta ofensiva ha resultado en más de 2.300 muertes en el último año, de las cuales alrededor de 1.500 se han producido solo desde finales de septiembre. Esta escalada de violencia plantea serias preocupaciones sobre la estabilidad en la región y el impacto humanitario en la población civil.