Israel se encuentra en alerta máxima tras el ataque con misiles lanzado por Irán el pasado martes, reveló un alto responsable militar este sábado. Las Fuerzas Armadas israelíes han intensificado sus bombardeos, concentrándose en la periferia sur de Beirut, bastión del grupo militant Hezbollah.

Este movimiento coincide con la llegada del general Michael Erik Kurilla, jefe del Comando Central de Estados Unidos, quien arribó a Israel para coordinar la respuesta del país ante el ataque iraní, avivando las tensiones en la región. Esta colaboración militar refuerza la relación entre Estados Unidos e Israel en medio de un clima de creciente inestabilidad.

El ataque del martes, que implicó el lanzamiento de 180 misiles balísticos hacia territorio israelí, tuvo un impacto devastador, desencadenando las sirenas antiaéreas en todo el país y obligando a millones de ciudadanos a buscar refugio en cuestión de minutos. La agresión dejó una víctima mortal y generó un clima de pánico generalizado.

Esta escalada de violencia ha generado preocupaciones de una posible conflagración en Oriente Medio, especialmente a menos de un mes del primer aniversario del ataque de Hamás en Israel, que desató la guerra en Gaza. En este mundo de tensiones, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, advirtió que sus aliados, en particular Hamás y Hezbollah, continuarían su lucha contra Israel, lo que generó aún más incertidumbre.

Por su parte, el jefe del Estado Mayor del Ejército de Israel, Herzi Halevi, ha enfatizado la necesidad de imponer una presión constante sobre Hezbollah, insistiendo en atacar a sus adversarios "sin concesiones". "Debemos continuar aplicando presión sobre Hezbollah y causar daño adicional al enemigo, sin darle respiro", afirmó Halevi durante una reunión de evaluación de la situación actual en Tel Aviv.

Desde mediados de septiembre, Israel ha redistribuido sus recursos militares, trasladando "el centro de gravedad" hacia el norte, en la frontera con Líbano, donde sus tropas iniciaron una operación terrestre contra Hezbollah. Este movimiento táctico refleja la intención de Israel de debilitar a sus adversarios en múltiples frentes.

En medio de esta inestabilidad, la comunidad internacional observa con preocupación, preguntándose si estas acciones impulsarán un conflicto aún más amplio en la región. ¿Estamos ante el inicio de una nueva guerra en Oriente Medio? La respuesta parece depender de la próxima estrategia militar de Israel y de las reacciones de Irán y sus aliados.