A solo tres días del nuevo aniversario del Estallido Social en Chile, las diferencias entre el gobierno y la oposición se han vuelto más evidentes. Este periodo de movilizaciones que comenzó en octubre de 2019 sacudió al país y ha dejado huella en la memoria colectiva.

Este año, la conmemoración se presenta con un enfoque diferente. A medida que han pasado los años, el discurso del oficialismo ha cambiado notablemente. Recordemos que en 2019, el actual gobierno era oposición, defendiendo las manifestaciones y demandando cambios estructurales. Sin embargo, hoy, su postura es más crítica:

“Lo que falta hoy es hablar más sobre las tareas que tenemos pendientes”, dijo la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, quien insistió en que el gobierno ha hecho una reflexión profunda sobre el periodo de tensión y violencia que marcó el Estallido Social.

Vallejo también señaló que no se puede simplemente condenar los actos de violencia sin reconocer el malestar social que los provocó. “Si sólo hablamos de la violencia, estamos tratando de tapar el sol con un dedo”, agregó, mientras que enfatizó la importancia de reconocer que aún hay demandas sociales sin atender, como la reforma a las pensiones y el aumento del costo de la vida.

El apoyo a las movilizaciones ha visto una caída significativa. Según encuestas recientes, el 61% de la población ahora considera que el Estallido Social fue un evento negativo para el país, un giro drástico comparado con el 62% que lo veía como algo positivo en 2020. Más del 50% de los consultados creen que las demandas sociales no han sido resueltas, haciendo referencia a problemas como la inseguridad y el acceso a la salud.

El diagnóstico del gobierno ha encontrado eco en algunos sectores del oficialismo. El senador Jaime Quintana, del PPD, expresó que es importante no reducir el Estallido Social a un mero episodio de violencia, sino reconocer las movilizaciones pacíficas.

Por otro lado, la oposición ha adoptado una postura más crítica, acusando al gobierno de no hacer lo suficiente para enfrentar las causas del descontento social. Desde el sector de derecha, se enfatiza que el 18-O marcó el inicio de un período de 'debacle' en el país y critican la política de indultos a los detenidos por los hechos de 2019. El diputado Luis Sánchez del Partido Republicano fue contundente al afirmar que esta fecha no debería ser recordada con orgullo.

Este aniversario del Estallido Social no solo agudiza las diferencias políticas, sino que también plantea una serie de interrogantes sobre el futuro del país y la posibilidad de un nuevo ciclo de movilizaciones. La pregunta que queda en el aire es: ¿están realmente los ciudadanos escuchando y aprendiendo de los errores del pasado? La respuesta a esta interrogante podría ser crucial para el clima social de Chile en el futuro.