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¡Terrible tragedia en Santo Domingo! Conductor ebrio viajaba a 170 km/h y acaba con la vida de dos jóvenes

2024-10-02

Autor: Sofía

El 31 de marzo pasado, un accidente de tráfico devastador en Santo Domingo dejó un saldo trágico: dos estudiantes de derecho de la Universidad Del Desarrollo, Trinidad Bunster y Agustina Espinoza, perdieron la vida. El responsable del accidente, José Ignacio Venturino, asegura que su choque fue causado por un animal que se cruzó en su camino, pero las investigaciones revelan un escenario escalofriante.

Nuevos hallazgos de la SIAT de Carabineros han expuesto que Venturino conducía a una velocidad increíble de 170 kilómetros por hora en el momento del impacto. Comparando esto con la velocidad máxima permitida en el área, que es de 50 km/h, se evidencia una infracción grave de las normativas de tránsito.

Además, se descubrió que el conductor tenía 1,24 gramos de alcohol por litro de sangre, lo que lo coloca en un estado de ebriedad. Este nivel de alcohol no solo sobrepasa los límites legales, sino que genera una ilusión de control y capacidad al volante, engañando al conductor sobre su propia habilidad para manejar de manera segura.

El informe destaca que “se estableció técnicamente la velocidad a la cual se desplazaba el móvil durante y momentos antes del accidente, superando en 120,4 km/h la velocidad máxima permitida”. Las marcas dejadas por el vehículo en la carretera indican que la velocidad máxima segura para evitar un choque en ese sector era de 111,78 km/h, mientras que Venturino circulaba a 140,26 km/h, un comportamiento temerario que resultó en la fatalidad.

La combinación de exceso de velocidad y alcohol en la sangre se traduce en un grave detrimento de la responsabilidad y la prudencia del conductor, aumentando conductas agresivas y descorteses. Este accidente no solo ha conmocionado a la comunidad universitaria, sino que también ha reavivado el debate sobre la importancia de la educación vial y las sanciones más severas para quienes vulneran las leyes de tránsito.

Las familias de las víctimas esperan justicia y han hecho un llamado a la conciencia social para evitar tragedias similares en el futuro.