Un ataque aéreo del Ejercicio de Israel contra Beirut, la capital del Líbano, ha dejado al menos once muertos y más de 63 heridos este sábado, según informes de la Defensa Civil libanesa. Este ataque se ha centrado en el corazón de la ciudad, donde las operaciones de búsqueda y rescate continúan, con los equipos trabajando sin descanso para rescatar a los atrapados entre los escombros de un edificio residencial de ocho pisos que ha sido severamente dañado.

Además del edificio principal afectado, múltiples inmuebles adyacentes también han sufrido graves daños, lo que ha llevado a una creciente preocupación entre los residentes sobre la seguridad en la zona. Los primeros informes indican que los ataques no son incidentes aislados, ya que las autoridades han señalado un aumento alarmante de la violencia en el Líbano.

En el último año, más de 3,600 personas han perdido la vida y 15,300 han resultado heridas a causa de los bombardeos israelíes en el Líbano, una dramática escalada que se ha intensificado desde la incursión terrestre iniciada el 1 de octubre por el Ejército israelí. Este conflicto, que se enmarca dentro de un enfrentamiento más amplio, se ha vuelto cada vez más complejo desde que Hezbolá se unió a las hostilidades tras los ataques coordinados de Hamás el 7 de octubre de 2023, que resultaron en una feroz ofensiva israelí contra la Franja de Gaza, donde las cifras de muertos ya superan las 44,000 personas.

La comunidad internacional observa con creciente preocupación cómo esta situación se transforma en una crisis humanitaria, exacerbando las tensiones en una región ya frágil. Con la vida de miles de civiles en juego, la llamada a un alto el fuego se vuelve cada vez más urgente. ¿Hasta dónde llegará esta escalada de violencia en el corazón del Líbano?