Ciencia

¡Transforma tu vida! El desorden afecta tu salud mental más de lo que imaginas

2024-10-09

Autor: Camila

La organización del entorno tiene un impacto directo en nuestra salud mental, y no es únicamente una cuestión estética. Vivir en un ambiente desordenado puede incrementar el estrés y la ansiedad, además de repercutir negativamente en nuestra productividad diaria. Según Daniel Levitin, neurocientífico de la Universidad McGill de Montreal, "el desorden y la desorganización pueden desencadenar trastornos crónicos de ansiedad en algunas personas". El cortisol, conocido como la "hormona del estrés", suele estar asociado con escenarios desordenados, que generan una sensación de descontrol y agobio.

Un estudio impactante, realizado por Catherine Roster y publicado en el Journal of Environmental Psychology, reveló que el desorden puede disminuir nuestra sensación de bienestar y seguridad en los espacios que habitamos. Roster, profesora en la Anderson School of Management de la Universidad de Nuevo México, explicó que un entorno desorganizado puede afectar nuestra auto percepción y contribuir a problemas como el agotamiento y la toma de decisiones poco saludables.

Los beneficios de tener un espacio ordenado no solo mejoran la salud mental, sino también la física. Joseph Ferrari, profesor de psicología en la Universidad DePaul y experto en la investigación sobre el desorden, destaca que organizarse puede ayudar a mitigar problemas emocionales y físicos como la ansiedad y el agotamiento, y a aumentar la productividad, llevándonos a una mejor calidad de vida. “Sentirás menos agotamiento y aumentarás tu efectividad en el trabajo si aprendes a organizarte”, asegura Ferrari.

Neha Khorana, psicóloga clínica con especialización en la organización, resalta que tener un espacio ordenado puede regular la ansiedad, dado que “estar desorganizado está relacionado con altos niveles de ansiedad”. Libby Sander, profesora adjunta de Comportamiento Organizacional en la Universidad Bond de Australia, añade que un hogar ordenado es un indicador de una mejor salud física y actividad. Un entorno ordenado facilita la gestión del tiempo y también se ha vinculado a una dieta más saludable con menos riesgo de sobrepeso.

Un estudio fascinante sobre la relación entre el desorden y la alimentación fue publicado en Environment & Behavior. Los investigadores Lenny R. Vartanian, Kristin M. Kernan y Brian Wansink, de las universidades de Nueva Gales del Sur y Cornell, encontraron que los ambientes desorganizados pueden propiciar un mayor consumo de alimentos poco saludables. En este estudio, 98 estudiantes universitarias fueron expuestas a cocinas organizadas y caóticas, y los resultados mostraron que aquellas en entornos desordenados consumieron más galletas.

Este fenómeno se apoya en la teoría del “ego depletion” o agotamiento del ego, que sugiere que el autocontrol es un recurso limitado, por lo que un ambiente caótico puede drenar esas reservas y dificultar la resistencia a las tentaciones alimenticias.

Para implementar cambios en nuestra organización personal, la psicóloga Natalie Christine Dattilo, de la Facultad de Medicina de Harvard, aconseja comenzar con metas manejables. Organizar toda una casa puede ser abrumador, por lo que recomienda iniciar con algo pequeño, como un cajón. Para hacer el proceso más placentero, sugiere escuchar música o audiolibros mientras organizamos.

Khorana propone reservar tiempo específico para la organización, y Roster aconseja usar la visualización como herramienta motivacional. Imaginar el resultado final puede ser una poderosa fuente de inspiración. Además, Roster sugiere pedir ayuda a familiares, amigos o profesionales de la organización, lo que puede hacer el proceso mucho más llevadero.

Julie Morgenstern, autora de "Organizing from the Inside Out", sugiere clasificar los objetos en tres categorías: conservar, tirar y reubicar. Es fundamental dar un lugar específico a cada objeto que se decida conservar y deshacerse de aquellos que no se utilizan. Para los artículos sentimentales, sugiere almacenarlos en un lugar fuera del hogar, liberando espacio sin el trauma de desecharlos.

Ferrari advierte sobre un consejo muy popular: tocar los objetos para ver si “producen alegría”. Él señala que tocar un objeto puede aumentar el apego emocional, dificultando la organización. Es más efectivo evaluar lógicamente si quedarnos con algo o no, sin el componente emocional de tocarlo.

Por último, Sander recuerda que la organización también debe incluir el desorden digital. Los correos acumulados y archivos desordenados pueden afectar nuestra salud mental tanto como el desorden físico. Recomienda dedicar cinco minutos al día para organizar la bandeja de entrada y las carpetas digitales, afirmando que “con solo unos minutos diarios, podrás formar hábitos que te mantendrán organizado.”

Dattilo concluye que la organización requiere toma de decisiones, regulación emocional y paciencia, pero es una habilidad que todos podemos aprender. “Cuando cuidamos de nuestro hogar intencionadamente, nos enviamos a nosotros mismos un mensaje significativo de que merecemos el tiempo y el esfuerzo que ello requiere”, asegura. ¡No subestimes el poder de un espacio ordenado, puede ser la clave para una vida más feliz y saludable!