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¡Una historia insólita! La momificación de un amigo se convierte en leyenda en Santiago

2024-10-04

La increíble historia de un grupo de estudiantes de medicina en Santiago ha resurgido gracias al programa 'Viaje a lo Insólito', que se emitirá en Mega. Este relato, que mezcla la amistad y lo macabro, nos lleva de regreso a 1920, poco después de la Primera Guerra Mundial.

Todo comenzó cuando un pintor francés, fugitivo de su país, llegó al barrio La Chimba de Santiago, un lugar conocido por su bohemia y su conexión con la intelectualidad de la época. Allí, el pintor se hizo amigo de los estudiantes de medicina de la Universidad de Chile, quienes no tardaron en invitarlo a sus eternos carretes (fiestas).

Sin embargo, la diversión tomó un giro oscuro cuando el pintor, que no tenía mucha resistencia al alcohol, falleció en medio de una de estas fiestas, al lado de un barril de pipeño, un vino local. Ante la inesperada situación, los jóvenes médicos se enfrentaron a una encrucijada: ¿qué hacer con su amigo muerto? Su respuesta fue tan shocking como creativa: decidieron momificarlo.

Pero no se detuvieron ahí. Los estudiantes innovadores le colocaron un mecanismo retráctil en uno de sus brazos, permitiendo que la momia pudiera sostener un vaso y, de esta manera, seguir 'empinando el codo' en las fiestas. Según el periodista Sergio Paz, quien narra la historia, esta momia se convirtió en un acompañante inseparable de las celebraciones de sus amigos.

¿Dónde fue a parar esta mítica momia? Se supo que uno de los médicos, Juan Vásquez, la integró como parte de su familia durante más de cinco décadas. La momia vivió con ellos en Recoleta y posteriormente viajó con la familia hasta Traiguén. Durante años, estuvo presente en celebraciones familiares como Navidad, Año Nuevo y cumpleaños.

Hoy en día, la momia histórica se encuentra en el Museo de Anatomía de la Universidad de Chile, un lugar donde la ciencia y la historia se entrelazan. Esta insólita historia nos recuerda que la vida, incluso en la muerte, puede tomar giros inesperados. ¿Quién hubiera imaginado que, a pesar de su partida, este pintor francés seguiría siendo parte de las fiestas en Santiago? ¡Una verdadera leyenda que perdura hasta nuestros días!