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Una simple mancha en el párpado reveló un oscuro secreto: Jessica desafía al cáncer de piel

2025-04-16

Autor: Camila

Un descubrimiento alarmante

Jessica Zbinden-Webster, a sus 26 años, jamás imaginó que una pequeña mancha en su párpado podría cambiar su vida para siempre. Lo que inicialmente parecía ser un simple poro obstruido resultó ser el primer indicio de algo mucho más grave.

El momento del despertar

Una mañana, mientras trabajaba en su escritorio, sintió la necesidad de frotarse el ojo. Lo que ocurrió a continuación fue aterrador: la piel afectada se desprendió y comenzó a sangrar. Fue entonces cuando supo que tenía que buscar ayuda.

El diagnóstico que nadie quiere escuchar

Al día siguiente, Jessica se presentó en un centro médico donde recibió la impactante noticia: tenía cáncer de piel, específicamente un carcinoma basocelular, una de las formas más comunes de este tipo de cáncer. El susto era real.

Una lucha inesperada

Pronto, Jessica se vio obligada a pasar por una cirugía que cambiaría su vida. Durante este proceso, perdió gran parte de su párpado inferior. "El agujero dejado por la cirugía era tan grande que necesitaría un injerto de piel", explicó.

La cirugía de reconstrucción

Jessica se sometió a dos operaciones en días consecutivos: una para extirpar la parte afectada y otra para el injerto. Su cirujano utilizó piel del interior de su brazo, afinándola hasta hacerla casi transparente, para luego colocarla en su párpado.

Un legado de cuidado

Desde entonces, ha pasado por cinco cirugías láser para suavizar la piel afectada. "La piel debajo de los ojos es la más delgada del cuerpo y necesita tratamiento especial para funcionar normalmente", agregó.

Cercana a un desenlace trágico

Jessica advirtió que, de no haber sido por la cirugía, el cáncer podría haberse extendido al hueso o incluso al nervio óptico, lo que habría representado un peligro real para su cerebro. Fue una decisión difícil, pero necesaria.

Una nueva etapa de vida

Afortunadamente, hoy Jessica está libre de cáncer. A pesar de los estragos que dejó el tratamiento, con un poco de maquillaje logra disimular el injerto. Sin embargo, la experiencia la ha hecho más consciente de la importancia de cuidar su piel del sol.

Una advertencia que vale oro

"Nunca fui una gran amante del sol, pero mis ojos azules y piel clara me hacen propensa a los daños solares", comentó Jessica, instando a otros a cuidar su piel, recordando que una simple mancha puede llevar a un diagnóstico que cambia la vida.