Dominique Pelicot, un hombre francés de 71 años, ha sido el centro de atención en un impactante juicio que pone al descubierto un caso de abuso sexual sistemático y perturbador. Durante más de diez años, se alega que Pelicot drogaba a su esposa para no solo abusar de ella él mismo, sino también para permitir que más de 50 hombres la violaran, mientras él registraba esos abusos en video.

En una emotiva declaración frente al Tribunal de lo Criminal de Aviñón, Pelicot expresó su arrepentimiento diciendo: "Nunca debí hacer esto, voy a morir como un perro". Con lágrimas en los ojos, se dirigió a su exesposa, Gisèle, y a su hija, Caroline, pidiendo disculpas por el dolor que les ha causado, aunque admitió que esas palabras no serían suficientes para remediar el sufrimiento infligido.

Pelicot, visiblemente afectado, dijo: "Ella forma parte de aquello que guardo en el fondo de mí" refiriéndose a su esposa, mientras que Gisèle no pudo contener las lágrimas. Su hija, Caroline, escucha atenta pero escéptica, ya que cree firmemente que su padre también intentó abusar de ella, basándose en las fotografías que la policía encontró, en las que aparece desnuda y aparentemente inconsciente.

Este caso ha dejado perplejos a expertos y activistas de Derechos Humanos. Dicha situación se da en un contexto en el que los delitos de abuso sexual y la violencia de género son temas de creciente preocupación a nivel mundial. La violencia en el hogar ha sido una problemática que muchas mujeres enfrentan, y este caso ejemplifica cómo las víctimas pueden ser silenciadas en un sistema que a menudo falla en protegerlas.

Dominique Pelicot podría enfrentar una pena de hasta 20 años de prisión. Durante su alegato, su abogada, Béatrice Zavarro, declaró que le hubiese gustado que su cliente se hubiera expresado así mucho antes, lamentando el sufrimiento que ha causado a su familia. Al respecto, la abogada dijo: "Si se entiende, perfecto. Si se le cree, todavía mejor. Pero en cualquier caso, es la verdad de Dominique Pelicot."

Por otro lado, las repercusiones de este escándalo están llevando a una reflexión sobre la cultura de impunidad que a menudo rodea a los agresores de sexo. No solo Pelicot enjuicia su vida, sino también 50 acusados más, entre 26 y 74 años, quienes podrían recibir castigos similares lo que abre un debate sobre la responsabilidad colectiva en este tipo de crímenes.

Este proceso judicial, que comenzó el 2 de septiembre, ha atraído la atención internacional y está en su fase crucial. El miércoles se espera que los abogados de Gisèle Pelicot presenten su alegato, seguido por la petición de penas por parte de la Fiscalía el próximo lunes. La decisión final se espera para el 20 de diciembre. La sociedad observa de cerca, esperando que este caso sirva de catalizador para un cambio en la forma en que se aborda la violencia doméstica y el abuso sexual en Francia y en el mundo entero.