A sus 94 años, el icónico multimillonario estadounidense Warren Buffett ha reafirmado sus convicciones respecto a su considerable fortuna, valorada en 150 mil millones de dólares por Forbes. El lunes, Buffett publicó una carta destacando la imperiosa necesidad de tener un testamento claro y definido antes de fallecer, al tiempo que compartió sus planes sobre cómo distribuirá su considerable riqueza.

El magnate de inversiones ha dejado claro que no cree en lo que él llama 'riqueza dinástica', y prefiere que su fortuna beneficie a la sociedad en lugar de acumularse en su familia. Como primer paso, Buffett anunció la donación de 1.200 millones de dólares en acciones de Berkshire Hathaway a fundaciones familiares, un movimiento que, aunque puede parecer una fracción de su riqueza total, forma parte de un compromiso más grande.

Desde 2006, Buffett ha sido un firme defensor de la filantropía, proclamando su deseo de donar la totalidad de su fortuna antes de su muerte. En su carta, afirmó: “Mis hijos han justificado nuestras altas expectativas, y cuando fallezca, serán totalmente responsables de la distribución gradual de todas mis acciones en Berkshire, que constituyen el 99,5% de mi patrimonio.”

Warren Buffett no deja nada al azar; ha creado un plan B para el futuro de su riqueza. “Nunca he deseado crear una dinastía ni seguir un plan que se extienda más allá de mis hijos,” escribió, reflexionando sobre la expectativa de vida de sus herederos. A medida que sus hijos se encuentran entre los 60 y 70 años, Buffett ha considerado incluir a personas más jóvenes en su testamento, en caso de que la vida no les permita cumplir con su misión filantrópica.

El multimillonario también expresó su preocupación sobre las futuras generaciones, preguntándose: “¿Quién puede prever las prioridades, la inteligencia y la fidelidad de las próximas generaciones para gestionar la distribución de una riqueza extraordinaria en un contexto filantrópico que podría haber cambiado?”

Su legado, por lo tanto, no solo se proyecta en la cantidad de dinero donado, sino en la filosofía de responsabilidad social que ha promovido durante toda su vida. Buffett es un ejemplo a seguir, cuestionando la tradición de la riqueza hereditaria y demostrando que la verdadera riqueza radica en el impacto positivo que se puede generar en el mundo.