Un nuevo ataque confirmado de las fuerzas rusas ha dejado a 45,000 personas sin electricidad en Jersón, una de las ciudades más afectadas por la guerra en Ucrania. A pesar de un acuerdo de tregua que buscaba proteger la infraestructura energética del país, el Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, ha denunciado este ataque como una violación clara de ese acuerdo.

Durante la noche, las fuerzas aéreas ucranianas lograron derribar dos misiles rusos lanzados contra el sudeste de Ucrania. Sin embargo, un hecho notable se dio esa misma noche: por primera vez en un año, no se detectó el lanzamiento de drones por parte de Rusia hacia territorio ucraniano. Esta calma repentina ha suscitado especulaciones, ya que también se produjo tras el endurecimiento de las posiciones de Estados Unidos hacia Rusia, quien ha amenazado con aranceles sobre las exportaciones rusas si el Kremlin no cesa con sus hostilidades.

Por otro lado, las autoridades rusas replicaron acusando a Ucrania de haber llevado a cabo ataques similares a infraestructuras energéticas dentro de su territorio, lo que demuestra la tensión existente entre ambos países.

Mientras la guerra continúa, la población ucraniana enfrenta condiciones críticas, particularmente en regiones como Jersón, donde la falta de electricidad intensifica las dificultades diarias. Esta situación recuerda la fragilidad del alto el fuego y el desafío que representa garantizar la seguridad energética del país en medio de un conflicto armado.

Un contexto que no parece mejorar pronto, mientras los gobiernos de ambos lados siguen intercambiando acusaciones y los civiles sufren las consecuencias de esta guerra devastadora.