En un momento inquietante para la Familia Real británica, un informe policial ha revelado que el número de acosadores potenciales ha alcanzado la asombrosa cifra de 500. Este alarmante hallazgo coincide con un reciente incidente de seguridad en el Castillo de Windsor, donde en noviembre pasado, varios encapuchados lograron acceder a la propiedad mientras el Príncipe Guillermo, Kate Middleton y sus tres hijos dormían.

Este hecho subraya una preocupación creciente sobre la seguridad de la realeza. A través de cifras proporcionadas por el Centro de Evaluación de Amenazas Fijadas de la Policía Metropolitana, se ha determinado que 35 de estos acosadores son catalogados como de 'alto riesgo'. Dai Davies, exjefe del comando de protección real, enfatizó que siempre existirá un grupo de individuos perturbados dispuestos a causar daño. La misión de las fuerzas de seguridad se limita a identificar a aquellos que poseen los medios y la voluntad para llevar a cabo sus amenazas.

Además, se estima que entre 50 y 100 personas están bajo vigilancia activa debido a su potencial peligro. El perfil de estos acosadores revela que, en muchos casos, padecen enfermedades mentales y están obsesionados con miembros de la familia Windsor, llegando incluso a compartir sus nombres y direcciones en documentos.

Lamentablemente, como advirtió Davies, "los riesgos identificados son solo aquellos que se han comunicado a las autoridades; puede haber muchos más al acecho en la sombra". Esta inquietante revelación plantea la pregunta: ¿cuán efectiva es realmente la seguridad de la Familia Real? A lo largo de la historia, han habido numerosos intentos de intrusión. Por ejemplo, en Navidad de 2021, un hombre armado con una ballesta fue detenido tras escalar los muros del Castillo de Windsor. Jaswant Singh Chail, de 23 años, fue arrestado y posteriormente condenado a nueve años de prisión por su intento de ataque a Isabel II, lo que demuestra que la amenaza no es solo teórica.

Con un clima de seguridad cada vez más tenso, la pregunta que queda en el aire es: ¿está la Familia Real española suficientemente protegida ante este aumento de acosadores potenciales? La vigilancia y las medidas de seguridad se vuelven más cruciales que nunca en esta era de amenaza constante.