Carlos Alcaraz, el joven prodigio español, recordó en la rueda de prensa previa su respeto por Yibing Wu, quien ocupa actualmente el puesto 560 en el ranking mundial. A pesar de su posición en la clasificación, el murciano sabía que el triunfo de Wu contra el chileno Nicolás Jarry era una clara señal de advertencia. El partido, que tuvo lugar en los octavos de final del Masters de Shanghái, puso a Alcaraz en una situación inusual: por momentos, Wu logró llevar la iniciativa y apretar las tuercas al español.

"Es de las pocas veces que he sentido que no he dominado todo el tiempo. Me he tenido que centrar más en lo que iba a hacer él que en lo que tenía que hacer yo", comentó Alcaraz tras finalizar el partido con un marcador de 7-6(5) y 6-3 en 1 hora y 40 minutos. Su próximo desafío será contra un jugador francés, ya sea Gael Monfils, famoso por su estilo explosivo, o Ugo Humbert.

Alcaraz, quien había superado cómodamente su primer partido contra Juncheng Shang, se encontró con un Wu que había tenido semanas difíciles después de una operación en su pie izquierdo. Este regreso a la competencia ha sido un desafío para el tenista chino, intentando reinsertarse en el circuito a través de torneos de menor categoría. A pesar de las adversidades, Wu mostró determinación y provocó que Alcaraz tuviera que esforzarse al máximo. El asiático, sin nada que perder, jugó de manera agresiva, fallando solo en momentos clave.

Alcaraz, conocido por su técnica y velocidad, logró encontrarse en los momentos críticos, realizando 23 tiros ganadores comparado con los 21 de Wu. "¡Siuuuuuu!", gritó Alcaraz en un gesto hacia su ídolo Cristiano Ronaldo, mostrando su pasión tanto dentro como fuera de la cancha. Este triunfo representa su victoria número 100 en superficies duras a los 21 años, consolidando su habilidad en los grandes escenarios del tenis mundial.

"No me ha dejado jugar con la agresividad a la que estoy acostumbrado. Debo jugar más fuerte desde el fondo“, admitió Alcaraz. Este año ha alcanzado las 50 victorias y busca seguir adelante después de una impresionante racha de 11 triunfos consecutivos.

La velocidad en sus servicios también fue destacada, ya que Wu igualó su mejor marca con un servicio que alcanzó los 216 km/h. La lluvia no detuvo la intensidad del juego, y pese a las condiciones desafiantes, Alcaraz se mostró firme y concentrado.

Al finalizar, el tenista español dio un toque de humor, afirmando que los seguidores lo apoyarían más que si se hubiera enfrentado a otro jugador chino. Con su mente puesta en el reto de avanzar en Shanghái, donde el año anterior fue eliminado en la tercera ronda por Grigor Dimitrov, Alcaraz busca garantizar que esta vez rompa esa tendencia y aspire a la gloria en este disputado torneo.