El fútbol español nunca olvidará a Alen Peternac (Zagreb, 1972). Este exfutbolista croata dejó una huella imborrable en el Real Valladolid, donde aterrizó como un desconocido y se despidió cinco años después como el máximo goleador histórico del club en Primera División. Sus hazañas incluyen un asombroso quinteto de goles en un solo partido frente al Real Oviedo en 1996 y su participación en el 'Europucela', el último equipo blanquivioleta que compitió en competiciones europeas.

Ahora, 25 años después de su última temporada como pucelano, Peternac ha regresado a Valladolid para recibir un merecido homenaje ante miles de aficionados, tanto aquellos que disfrutaron de su talento en el campo como los jóvenes que han escuchado hablar de su grandeza. La experiencia de regresar a su segunda casa ha sido "impresionante"; ha sentido el "cariño y el calor de la gente" desde que pisó la ciudad.

Durante la temporada 1994/95, el Real Valladolid descendió a Segunda División. En ese verano, un joven Peternac de 23 años llegó al equipo procedente del Dinamo de Zagreb, donde rápidamente convenció a Rafa Benítez, el entrenador de aquel entonces, de que debía quedarse y ayudar en el objetivo de ascenso. Curiosamente, el ascenso se produjo durante la pretemporada debido a descensos administrativos del Celta y Sevilla. Peternac recuerda conquistar la Liga con una historia entrañable: "No sabía muy bien español cuando llegué; una mañana me desperté y todos estaban celebrando. Pregunté: '¿Qué pasa? ¿Qué pasa?'".

En su primera temporada, el croata anotó 23 goles en Primera División, pero el año estuvo lleno de altibajos. Con una primera vuelta desastrosa que los llevó a ser colistas, el club decidió cambiar de entrenador, y Vicente Cantatore asumió el mando. "La segunda vuelta fue espectacular. Cantatore nos unió, nos dio confianza y alegría. Terminamos terceros en la segunda vuelta, lo que nos salvó. Fue increíble; hubo celebraciones masivas en Plaza Zorrilla, como si hubiésemos ganado la liga", relata emocionado.

Peternac se considera un "delantero afortunado" por los compañeros que tuvo a su lado. Rememora un partido extraordinario contra el Real Oviedo, fundamental para la permanencia del equipo. En un encuentro recordado por los seis penaltis señalados, Peternac marcó cinco de ellos y se llevó a casa la recompensa prometida por su entrenador. "Aquel partido fue inolvidable; la atmósfera era electrizante con 2,500 aficionados desplazados", comparte.

La siguiente temporada, el Real Valladolid finalizó séptimo, lo que le permitió competir en la Copa de la UEFA en la temporada 97/98, un hito que no se ha repetido desde entonces. "Cuando te das cuenta de lo difícil que es volver a Europa, lo valoras mucho más", confiesa. Este grupo de leyendas mantiene un grupo de WhatsApp llamado Europucela, donde siguen en contacto y organizan encuentros siempre que pueden.

Durante su reciente visita a Valladolid, Peternac se reencontró con antiguos amigos y compañeros, recordando viejos tiempos. Sin embargo, su visita no fue del todo exitosa, ya que el equipo cayó 2-1 ante el Rayo Vallecano, sumido en una crisis deportiva. El exjugador opina que la falta de estabilidad ha marcado los últimos años del club y espera ver mejoras en el desempeño del equipo.

Tras dejar el club en el año 2000 por falta de acuerdo en la renovación, Peternac vivió en Zaragoza y tuvo breves etapas en el Real Murcia antes de colgar las botas en 2003. Luego se dedicó a la formación como entrenador y ha tenido éxito en varias ligas, incluyendo las de Emiratos Árabes y Arabia Saudí. Ahora, está decidido a continuar su carrera en solitario y ha recibido varias ofertas.

Cuando se le preguntó sobre su regreso al banquillo del José Zorrilla, Peternac no descartó la idea, afirmando: "Nunca se sabe. Me encantaría, porque esta es mi segunda casa". ¡Con tantas historias increíbles, totalmente vale la pena seguir la carrera de este ícono del fútbol pucelano!