La situación en Formentera es alarmante, ya que aproximadamente la mitad de los inmigrantes que han llegado a las Baleares han desembarcado en esta pequeña isla sin las medidas adecuadas de control.

Con una costa de 70 kilómetros y un escaso número de 30 guardias civiles para su vigilancia, resulta un paraíso para las mafias del tráfico de personas, que utilizan incluso 'taxis patera' para llevar a los inmigrantes.

Recientemente ha habido una nueva oleada de pateras, con más de 400 inmigrantes intentando ingresar a las islas, lo que plantea un gran desafío para la escasa dotación de fuerzas de seguridad.

Las autoridades locales han expresado su preocupación, dado que la isla carece de un sistema de radar SIVE y de presencia significativa de la Policía Nacional.

Los expertos advierten que esta situación no es nueva, y a pesar de las elocuentes declaraciones de instituciones gubernamentales que temen una «invasión», los recursos son claramente insuficientes.

Con el aumento constante de llegadas, es urgente que se implementen medidas más efectivas para garantizar la seguridad en la región.

Mientras esto ocurre, los residentes de Formentera comienzan a sentirse cada vez más inseguros y piden a las autoridades que actúen antes de que la situación se convierta en un problema mayor en esta tranquila isla del Mediterráneo.