Pedro Fernández Alén, presidente de la Confederación Nacional de Construcción (CNC), ha lanzado un grito de alarma este miércoles sobre la falta crítica de mano de obra en el sector de la construcción. Con un ambicioso proyecto del Gobierno que busca levantar 184.000 viviendas en régimen de alquiler asequible, la CNC advierte que la escasez de trabajadores podría poner en riesgo el cumplimiento de este objetivo.

"Anticipamos que el déficit de mano de obra podría alcanzar los 700.000 trabajadores", destacó Fernández Alén, quien también subrayó que este déficit era una preocupación antes de que se anunciara el plan gubernamental. Para cumplir con la construcción de cada vivienda, se necesitarían al menos cuatro trabajadores, lo que eleva aún más esa cifra.

En comparación con 2007, justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, donde 2,7 millones de familias dependían del sector, hoy solo hay un millón. En aquel entonces, se construían 650.000 viviendas anualmente, mientras que en la actualidad, la cifra ha caído a apenas 85.000. "El ritmo óptimo sería 150.000 viviendas al año para satisfacer la demanda acumulada", apuntó.

En medio del debate sobre la migración, la CNC propone la regularización de los inmigrantes en el país. Fernández Alén argumenta que esto podría contribuir a combatir la economía sumergida y aportar más mano de obra y cotizantes a la Seguridad Social. Además, ha hablado de la necesidad de establecer convenios con países como Perú y Chile para facilitar la llegada de trabajadores extranjeros sin los complejos trámites que muchas veces enfrentan las empresas.

En una reunión reciente en Moncloa, el Gobierno preguntó sobre los plazos de entrega de las viviendas prometidas, considerando que el proceso de maduración puede tomar hasta 36 meses. Sin embargo, Fernández Alén subrayó que se están desarrollando múltiples proyectos de infraestructura y obras privadas simultáneamente, lo cual complica la implementación rápida de una política de vivienda eficaz hasta que se resuelva la escasez de mano de obra.

"Las grandes infraestructuras siempre recibirán la atención que necesitan. Pero es imperativo que el sector de la construcción, vital para el crecimiento económico y la estabilidad del mercado inmobiliario, sea apoyado con políticas claras que fomenten la incorporación de trabajadores para evitar un colapso en la oferta de vivienda", concluyó.

Sin duda, la solución a esta crisis en el sector podría depender tanto de la capacidad de adaptarse a las condiciones del mercado laboral como de la estrategia del Gobierno respecto a la inmigración.