Desde 2013, España ha reportado 15 casos de la temida fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, un virus transmitido por garrapatas que se ha convertido en un foco de preocupación. De estos casos, dos pacientes perdieron la vida, aunque padecían otras condiciones de salud. En Catalunya, por suerte, no se han confirmado contagios hasta el momento, pero el Equipo Ubuntu del Hospital Clínic de Barcelona ha investigado varias sospechas que afortunadamente resultaron negativas.

Un virus letal que acecha silencio pero mortalmente

Los síntomas de esta peligrosa enfermedad incluyen fiebre alta, dolores musculares y de cabeza, diarrea, vómitos e irritación ocular y de garganta. Según Pedro Castro, jefe de Sección del Área de Vigilancia Intensiva del Clínic, la presencia de garrapatas en España y el movimiento de aves migratorias hacen que el riesgo esté más cerca de lo que creemos. Ya han ocurrido varios casos en Castilla y León que han llegado hasta Madrid.

Altamente contagioso: ¡Hazte a la idea!

En sus etapas más severas, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo puede terminar en complicaciones fatales como hemorragias, erupciones cutáneas, ictericia o insuficiencia hepática. La enfermedad exige un aislamiento de alto nivel: "Si se detecta un caso sospechoso en Catalunya, se enviaría directamente a la unidad del Equipo Ubuntu", declara Castro. Este equipo recibe entre 10 y 20 casos sospechosos al año de virus que requieren aislamiento extremo, no solo de Crimea-Congo, sino también de fiebre de Lassa o ébola.

Bajo control, pero la caza sigue

Castro también señala que solo un 10% de estas sospechas desembocan en ingresos en la UCI, y no todos ellos resultan positivos. La confirmación de un caso sospechoso requiere un análisis del Instituto de Salud Carlos III en Madrid, donde se realizan los estudios con protocolos de alta seguridad.

Más allá de Crimea-Congo: Otros virus a considerar

El Equipo Ubuntu ha enfrentado casos de fiebre de Lassa, similar a la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo pero menos letal, y hantavirus, un virus que proviene de roedores. La mayoría de estos virus afectan a personas que han estado en zonas endémicas. Para definir un caso como probable, el paciente debe presentar fiebre y antecedentes de contacto con zonas de riesgo. La gestión de estos casos implica un riguroso proceso de aislamiento hasta que se descarte cualquier amenaza.

Así que, ya sea por garrapatas o por el vuelo de aves, la vigilancia constante es crucial. La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo sigue acechando, y el sistema de salud debe estar preparado para hacer frente a cualquier eventualidad.