
¡Alerta en Europa! La tuberculosis regresa con fuerza, afectando a nuestros niños
2025-03-25
Autor: Antonio
En el corazón de Europa, donde la tuberculosis parecía ser un capítulo cerrado en la historia de la salud pública, la enfermedad ha vuelto a aparecer y, lo que es más preocupante, está atacando a los más vulnerables: nuestros niños. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) han hecho sonar las alarmas y es un llamado que no podemos ignorar.
En 2022, más de 4,300 niños menores de 15 años fueron diagnosticados con tuberculosis en el continente, rompiendo así una tendencia a la baja que se había mantenido a lo largo de los años. Este alarmante incremento revela problemas mucho más profundos que solo los datos sanitarios.
Crisis de financiamiento y acceso
Este repunte en los casos infantiles refleja la fragilidad de nuestros sistemas de salud. A medida que las prioridades cambian y las inversiones se reducen, la salud pública corre un riesgo significativo. Actualmente, nueve países europeos ya reportan dificultades para adquirir medicamentos esenciales. La crisis económica, exacerbada por recortes de financiamiento global, como los anunciados por Estados Unidos, ha dejado a miles de pacientes sin tratamiento. En 2023, solamente se logró recaudar el 26% de los 22,000 millones de dólares necesarios para combatir la enfermedad a nivel mundial.
Una doble alarma en los contagios infantiles
El aumento en los casos de tuberculosis infantil plantea una doble alerta: primero, indica un contagio reciente dentro de las comunidades, y segundo, revela que los grupos más vulnerables, como los niños, no están siendo diagnosticados ni protegidos a tiempo. Esto se traduce en una crisis de salud pública que necesita atención urgente.
La tuberculosis vuelve a ser letal
Desde el 20 de marzo de 2023, la OMS destacó que la tuberculosis ha recuperado su oscura posición como la segunda causa de muerte infecciosa en el mundo, solo superada por el COVID-19. En 2022, más de 1.3 millones de personas fallecieron a causa de esta enfermedad. La pandemia no solo interrumpió el acceso a diagnósticos tempranos y tratamientos eficientes, sino que también hizo invisible a ciertas poblaciones que requieren atención específica, como la infancia.
Uno de los factores más preocupantes es la coinfección con el VIH. En Europa, más del 15% de las personas diagnosticadas con tuberculosis también son portadores del virus. Esta combinación médica complica el tratamiento y requiere un enfoque integral que todavía está lejos de ser alcanzado. Alarmantemente, uno de cada cinco pacientes con VIH no recibe tratamiento antirretroviral, según datos de tan solo 21 países.
Desafíos en el diagnóstico infantil
Los expertos coinciden en que el diagnóstico de tuberculosis en niños es complicado, y muchos países europeos carecen de los programas de rastreo necesarios. El informe conjunta de la OMS y el ECDC indica que solo uno de cada tres niños infectados recibe el tratamiento preventivo adecuado. El estigma en torno a la enfermedad, alimentado por el miedo y el desconocimiento, frena aún más los esfuerzos por buscar atención médica temprana.
La urgencia de actuar
La tuberculosis es una enfermedad contagiosa provocada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, siendo la forma respiratoria la más común. Se propaga a través del aire cuando una persona infectada tose o habla.
Cada 24 de marzo, el Día Mundial de la Tuberculosis llama la atención sobre la urgencia de erradicar esta enfermedad. La OMS insiste en la necesidad de una respuesta contundente para evitar un retroceso que podría costar miles de vidas. Las recomendaciones incluyen mejorar la vigilancia epidemiológica, ampliar el acceso al diagnóstico pediátrico, asegurar el suministro de tratamientos y revitalizar las campañas de concienciación.
Con el surgimiento de nuevas directrices de la OMS que promueven tratamientos análogos orales más cortos y eficaces, se busca no solo controlar la tuberculosis, sino también prevenir que resurja en las comunidades más afectadas. Ahora más que nunca, la acción conjunta es esencial para proteger nuestra futura generación de una enfermedad que creíamos haber dejado atrás.