¿Qué ocurrió realmente el 29 de octubre?

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha sido objeto de críticas tras revelarse que incumplió su protocolo de aviso hidrológico. El 4 de noviembre, la CHJ divulgó un comunicado informando que el 29 de octubre, un caudal crítico había sido registrado pero, sorprendentemente, comunicó las alertas con casi una hora y media de retraso.

Los peligrosos niveles de caudal

Los umbrales de alerta se clasifican en amarillo (hasta 30 m³/s), naranja (hasta 70 m³/s) y rojo (más de 150 m³/s). Según los datos del SAIH, la CHJ debería haber emitido un aviso amarillo a las 16:25, un naranja a las 16:55 y finalmente, un rojo a las 17:20. Sin embargo, el primer aviso llegó a las 18:43, cuando el caudal ya había alcanzado un alarmante 1,686 m³/s.

La crítica de la Generalitat

Fuentes de la Generalitat han señalado que esta situación no solo revela un deficiente protocolo de comunicación en la CHJ, sino un incumplimiento flagrante que puso en riesgo a la población en un momento crítico.

Defensa de la CHJ: ¿excusa o justificación?

A pesar de las críticas, la CHJ sostiene que la información que proporcionó al Centro de Emergencias era adecuada. Argumentan que los datos del SAIH estaban disponibles en su página web, pero advierten que no son oficiales hasta que un técnico de la CHJ los valide.

Advertencias y riesgos de información provisional

En su web, la CHJ reconoce que los datos en tiempo real son provisionales, lo que implica que no deberían ser utilizados para decisiones críticas sin confirmación previa. Sin embargo, a pesar de este aviso, se sostiene que el 29 de octubre, el Centro de Emergencias tenía suficiente información.

Una falta de comunicación alarmante

Lo más preocupante es que la CHJ no ha explicado por qué la comunicación a través de e-mail estuvo detenida durante dos horas y media. Además, las alertas llegaron todas al mismo tiempo, desestimando el orden cronológico que sugiere el aumento de caudal.

Conclusión: Lecciones por aprender

La situación en Poyo ha desatado un debate ferviente sobre la eficiencia y la responsabilidad de la CHJ en la gestión de emergencias. Los retrasos en la emisión de alertas pueden costar vidas, y es fundamental que se tomen medidas correctivas. La respuesta ante un posible colapso hidrológico debe ser más ágil y efectiva, garantizando la seguridad de los ciudadanos.