¡Alerta Espacial! La NASA advierte sobre un inminente 'fallo catastrófico' en el módulo ruso de la Estación Espacial Internacional
2024-11-20
Autor: Manuel
A medida que la Estación Espacial Internacional (EEI) se acerca a su final previsto en 2030, las preocupaciones sobre su seguridad están en aumento. Desde su lanzamiento en 1998, han pasado 32 años desde que se puso en órbita el primer módulo y 30 años desde la incorporación del módulo de servicio Zvezda, que ahora presenta fallos significativos. Las fugas de aire en este crucial módulo ruso han aumentado en las últimas semanas y, alarmantemente, la NASA y Roscosmos, la agencia espacial rusa, no logran coincidir en la gravedad de este problema.
Bob Cabana, ex astronauta de la NASA y actual presidente del Comité Asesor de la EEI, destaca que "no hay un entendimiento común entre EE. UU. y Rusia sobre la causa raíz de estas fugas o su severidad". El túnel de transferencia conocido como PrK conecta Zvezda con las naves Soyuz y Progress, vitales para el transporte de la tripulación y suministros. Las fugas comenzaron en septiembre de 2019 y a pesar de repetidos intentos de reparación, la situación solo parece empeorar. De hecho, en abril de este año, la tasa de fuga alcanzó alarmantes 1.68 kg por día.
Por eso, la NASA ha clasificado el riesgo de estas fugas en el nivel más alto posible dentro de su sistema de gestión de riesgos, un '5x5' que evalúa tanto la probabilidad como las consecuencias de una eventual catástrofe. Aunque un reciente informe de la NASA mencionó que las últimas reparaciones lograron reducir la tasa de fuga en un 33%, el problema persiste.
El desacuerdo entre las dos agencias se centra en la causa de las grietas. Mientras que los rusos apuntan a la fatiga cíclica debida a microvibraciones, los estadounidenses sugieren que las grietas pueden tener múltiples orígenes, incluyendo el estrés mecánico y condiciones ambientales adversas. Para investigar, Roscosmos ha proporcionado muestras y datos pero la colaboración sigue entorpecida por diferencias significativas en las evaluaciones de riesgo.
En una nota optimista, el Inspector General de la NASA aseguró que, hasta ahora, las fugas "no representan un riesgo inmediato para la integridad estructural de la estación", gracias a las medidas de seguridad implementadas. Sin embargo, el dilema persiste: si la tasa de fuga se vuelve insostenible, se vería obligada a cerrar permanentemente el túnel de transferencia, lo que limitaría las operaciones rusas a bordo de la EEI.
Mientras tanto, la tripulación está tomando precauciones adicionales, asegurando la escotilla que separa las secciones estadounidense y rusa cuando los cosmonautas trabajan en la zona afectada.
Michael Barratt, un astronauta de la NASA, subrayó la importancia de seguir protocolos de seguridad estrictos. "Hemos adoptado un enfoque muy conservador, y aunque no es algo cómodo, es lo mejor para garantizar la seguridad de la tripulación", afirmó.
El futuro de la EEI ahora depende no solo de la cooperación entre EE. UU. y Rusia, sino también de cómo se gestionará la creciente crisis. En un entorno donde la ciencia y la diplomacia deben trabajar de la mano, los próximos pasos que se tomen serán cruciales para la seguridad de la estación y de los astronautas que dependen de ella. ¡La comunidad espacial entera estará atenta a estos desarrollos!