La rápida escalada de casos del virus de Oropouche en el hemisferio occidental ha encendido las alarmas entre los expertos en enfermedades infecciosas a nivel global. Un artículo reciente publicado en la revista 'Annals of Internal Medicine', encabezado por el respetado investigador Davidson H. Hamer de la Universidad de Boston, resalta la gravedad de la situación.

El virus de la fiebre de Oropouche (OROV) se transmite principalmente por la picadura de insectos infectados, en particular, a través de un pequeño insecto conocido como jején (Culicoides paraensis). Aunque se les llama comúnmente ‘moscas de la arena’, estas criaturas no son moscas en el sentido estricto. Su presencia es abundante en diversas áreas tropicales, especialmente en las playas del hemisferio sur, lo que aumenta el riesgo de contagio para los turistas y residentes.

Después de estar expuestos al virus, los síntomas pueden aparecer entre 3 y 10 días, y aunque cerca del 40% de los infectados pueden no mostrar signos evidentes de enfermedad, los expertos advierten que el virus de Oropuche podría convertirse en una seria amenaza para la salud pública global. Actualmente, no existe vacuna ni tratamiento contra este virus, lo que subraya la necesidad de que los profesionales de la salud se familiaricen con él.

Los informes sobre la enfermedad han aumentado significativamente en 2024, con 90 casos confirmados entre viajeros estadounidenses que visitaron Cuba, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Además, están surgiendo casos en Europa, lo que ha llevado a los CDC a emitir un Aviso Sanitario de Nivel 2 para Cuba, instando a los viajeros a tener precauciones contra las picaduras de insectos.

La sorprendente transmisión sexual del virus

Recientemente, se ha descubierto que el OROV podría transmitirse sexualmente. Un viajero italiano de 42 años, que había regresado de Cuba, tenía el virus detectable en su semen. Esta es la primera vez que se documenta la presencia de Oropouche en el semen humano, lo que genera preocupaciones sobre la posibilidad de transmisión sexual, similar al caso del virus del Zika.

Los investigadores subrayan que, aunque aún se desconoce si las personas infectadas pueden contagiar el virus a través de relaciones sexuales, es crucial que los médicos consideren este potencial. Actualmente, no hay pruebas comerciales disponibles para detectar el OROV, lo que complica la vigilancia epidemiológica.

Síntomas a tener en cuenta

Los síntomas comunes de la infección por OROV incluyen fiebre súbita, dolores de cabeza intensos, escalofríos, malestar muscular y dolor articular. Otros síntomas pueden abarcar sensibilidad a la luz, mareos, dolor detrás de los ojos, náuseas, vómitos y erupciones cutáneas. Cabe destacar que estos síntomas pueden volver a manifestarse días o incluso semanas después de la infección inicial.

Prevención y Recomendaciones

Los especialistas recomiendan a los médicos educar a sus pacientes sobre los riesgos, incluyendo la transmisión vertical y sexual. Las mujeres embarazadas deben reconsiderar viajar a áreas con brotes activos del virus. El virus de Oropouche es un recordatorio de que debemos mantenernos informados y preparados frente a las amenazas de enfermedades infecciosas emergentes en nuestro mundo cada vez más interconectado.