Un reciente estudio publicado en The Lancet y datos alarmantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirman que la diabetes es una amenaza creciente a nivel global, afectando a aproximadamente 830 millones de personas en todo el mundo en 2022. Esta cifra se ha cuadruplicado desde 1990, lo que indica una crisis sanitaria sin precedentes que afecta de manera desproporcionada a países de ingresos bajos y medios, donde el acceso a tratamientos es extremadamente limitado.

En 2021, esta enfermedad fue responsable de 1.6 millones de muertes, de las cuales casi la mitad se registraron entre personas menores de 70 años, un dato impactante presentado por la OMS el 14 de noviembre. Además, se estima que otras 530,000 muertes son atribuidas a enfermedades renales, complicaciones graves derivadas de la diabetes. La situación es crítica y resalta la necesidad urgente de implementar medidasPreventivas y de tratamiento en las regiones más afectadas.

La diabetes tipo 2, la más común, está en aumento debido a cuatro factores clave: dieta inadecuada, falta de ejercicio, sobrepeso y antecedentes familiares. La Asociación Americana de Diabetes (ADA) advierte que más de la mitad de las personas diagnosticadas con diabetes tipo 2 no están recibiendo la medicación necesaria para controlar sus niveles de glucosa, lo que acrecienta el riesgo de complicaciones.

Las dietas altas en azúcares y grasas procesados son el principal culpable del aumento de casos. La recomendación de los expertos, incluyendo a la doctora Arti Masturzo, es clara: ¡sustituye las bebidas azucaradas por agua y prioriza alimentos frescos! Además, el sedentarismo es un factor de riesgo crítico; la OMS reporta que un tercio de los adultos en el mundo no cumplen con los mínimos de actividad física recomendados, lo que incluye realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana.

En 2022, uno de cada ocho individuos a nivel mundial sufría de obesidad, un problema que se agrava por el alto costo de la alimentación saludable y la falta de acceso a programas de ejercicio, especialmente en áreas rurales. Esto plantea un dilema, pues el aumento de la obesidad está vinculado directamente a un mayor riesgo de diabetes.

Los antecedentes familiares también juegan un papel crucial; tener un hermano o padre con diabetes tipo 2 incrementa significativamente las posibilidades de desarrollarla. Pero, ¿sabías que la diabetes no solo afecta la salud personal? Impacta severamente la economía global, pues los países de ingresos bajos y medios luchan para cubrir los altos costos de medicamentos esenciales, como la insulina, y también deben afrontar la disminución de la productividad laboral por problemas de salud relacionados.

Jessica M. Kelly, nutricionista experta, ha indicado que el aumento en el consumo de alimentos procesados y el estilo de vida sedentario vinculado a largas jornadas laborales están detrás del incremento de esta epidemia. La OMS ha tomado cartas en el asunto, implementando un marco global de monitoreo enfocado en mejorar la prevención y el tratamiento de la diabetes, estableciendo indicadores clave como el control de glucosa y el acceso a medicamentos.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha instado a los gobiernos a adoptar políticas que fomenten dietas saludables y un aumento en la actividad física. La ADA también enfatiza la importancia de trabajar con nutricionistas para desarrollar hábitos alimenticios sostenibles.

Los reguladores deben actuar: hacer que los alimentos saludables sean más accesibles y asequibles es crucial. Algunos países han avanzado en regulaciones sobre etiquetado de alimentos y aditivos; estas medidas podrían ser el camino a seguir a nivel global. ¡No puedes quedarte de brazos cruzados! La lucha contra la diabetes comienza contigo: haz cambios en tu dieta y estilo de vida hoy mismo!