Recientes investigaciones han alterado nuestro entendimiento del océano: ni siquiera los lugares más recónditos del mar Mediterráneo escapan de la devastadora huella de la actividad humana. Un equipo internacional de expertos, liderado por científicos de la Universidad de Barcelona, ha realizado una expedición al Abismo Calypso—la zona más profunda del Mediterráneo, a unos 5.200 metros debajo de la superficie, cerca de la costa griega—y su hallazgo fue más que preocupante.

Los investigadores documentaron 167 objetos a lo largo del fondo marino, de los cuales 148 eran desechos. Plásticos, latas metálicas, fragmentos de vidrio, papel y hasta bolsas de basura completas fueron recuperadas de este ecosistema vulnerable. Este descubrimiento no solo denuncia la contaminación, sino que también destaca la triste realidad de que los océanos, que alguna vez fueron vistos como inmensos y limpios, están siendo asaltados por nuestros residuos.

Los resultados fueron publicados en la prestigiosa revista Marine Pollution Bulletin, donde se revela que esta es una de las mayor concentración de contaminantes encontrados en aguas profundas, un lugar que se pensaba inalcanzable para los desechos humanos. Cabe mencionar que el Mediterráneo, aunque representa solo el 1% de la superficie oceánica del mundo, alberga hasta el 7% de todos los plásticos marinos, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

El uso del Limiting Factor, un sumergible de última generación, permitió al equipo capturar imágenes y recolectar datos esenciales que confirman que la contaminación marina ha invadido incluso los abismos más remotos de nuestro planeta. “Lo que encontramos en el fondo del Calypso es alarmante”, declaró el profesor Miquel Canals, director de la Cátedra de Economía Azul Sostenible de la Universidad de Barcelona. “Evidencias del vertido intencionado de desechos, incluyendo bolsas repletas de basura, sugieren que esta práctica vergonzosa persiste, ya sea por negligencia o ignorancia.”

Un nuevo enfoque es urgente, ya que la mayoría de los residuos se hunden y perduran en el lecho marino por décadas o, en algunos casos, siglos. La situación es crítica, y la comunidad científica enfrenta un gran desafío: limpiar estos entornos es prácticamente inviable por la extrema profundidad y condiciones del fondo marino. Canals enfatiza que la clave está en la prevención: “Es vital implementar políticas más estrictas para reducir residuos, especialmente plásticos, y transformar nuestros patrones de producción y consumo.”

El Mediterráneo se ha convertido en una emboscada para la basura que viaja con las corrientes y se acumula en puntos críticos como el Estrecho de Messina. Esta investigación sirve de testimonio sobre la necesidad de actuar inmediatamente para evitar un colapso ecológico irreversible.

Los científicos esperan que estos nuevos hallazgos impulsen un cambio real, no solo en el ámbito legislativo, sino también en la conciencia colectiva de la población. “Debemos unir fuerzas entre la ciencia, los medios de comunicación, influencers y la sociedad civil para visibilizar esta crisis ambiental que permanece oculta”, concluyó Canals. ¡El tiempo para actuar es ahora, antes de que sea demasiado tarde!