La separación de Alice Campello y Álvaro Morata, después de ocho años juntos y cuatro hijos, ha dejado atónitos a muchos que los veían como la pareja ideal. Desde su encuentro en 2016, habían construido una familia admirada y ambos disfrutaban de carreras exitosas. Casi de la noche a la mañana, la situación dio un giro inesperado tras la consagración del futbolista con la selección española en la Eurocopa, cuando anunciaron su separación en redes sociales.

En medio de los rumores sobre posibles terceros involucrados, ambos se han apresurado a negar tales especulaciones. Alice, en una reciente entrevista para Forbes Woman como empresaria de la exitosa marca de belleza Masqmai, que ha facturado 8,8 millones de euros este año, defendió a Álvaro, afirmando: 'No se ha ido con otra persona, nada de eso ha pasado. Álvaro me está respetando'.

Durante su matrimonio, Alice resalta que siempre disfrutaron de una relación sana y de apoyo mutuo. 'Él me ha querido mucho y me empujaba en todos mis proyectos. Eso es amor', comentó, a la vez que recordaba cómo mostraban su afecto en redes sociales. Sin embargo, esta exposición también trajo consigo la envidia y los rumores, lo que a su vez afectó su relación. 'Cuando estás tan expuesto, a mucha gente le gusta inventar historias y desearte lo peor', aseguró.

La situación también ha sido dura para Álvaro, quien ha revelado experimentar depresión y haber estado medicado, admitiendo que llegó a sentir vergüenza de estar con sus hijos. Pero pese a esto, Alice no tiene planes de hablar de una posible reconciliación. 'Lo más importante es estar bien, tanto yo como mis hijos. Álvaro siempre será parte de mi familia y hablamos todos los días. Si puedo ayudarle, lo haré', agregó.

Por otra parte, Alice ha compartido sus experiencias con la maternidad, que han resultado ser mucho más difíciles de lo que esperaba. A pesar de estar consciente del cansancio que conlleva tener cuatro hijos, admite que no estaba preparada para el impacto físico y mental. 'No sabía lo que iba a afectar a mi mente y a mi cuerpo. No me estaba dando cuenta de cuánto me estaba afectando a nivel mental. No estaba preparada', confesó.

Su experiencia con los embarazos y los pospartos ha sido intensa, especialmente el último, que la hizo sentir al borde del colapso. 'Casi me muero', confesó, revelando una vulnerabilidad que contrasta con su imagen pública. Alice reflexiona sobre su fuerte personalidad: 'No me gusta mostrarme débil o triste, especialmente delante de mis hijos', un reto que ha conllevado una carga emocional significativa, ya que no se ha permitido sufrir o apoyarse en otros durante este proceso. 'Tenía que haber vivido mi duelo', reflexiona ahora, con la distancia necesaria para comprender la magnitud de sus dificultades.

La presión mediática también ha sido un impedimento para su bienestar: 'Es frustrante tener que demostrar que no soy la persona que describen en los medios. Nunca me siento libre', concluyó Alice. A pesar de los desafíos, su deseo es salir adelante por sus hijos, dejando atrás las sombras de una relación fallida, pero reconociendo el amor que todavía siente por el padre de sus hijos.