
Barcelona se encuentra ante una decisión crucial: ¿cómo gestionar el agua tras levantar la alerta de sequía?
2025-03-28
Autor: Marta
La cifra clave se ha alcanzado: 365 hectómetros cúbicos (hm3) de agua. Los embalses de las cuencas del Ter y el Llobregat han superado el 60% de sus reservas, lo que permite considerar el levantamiento de la alerta por sequía.
Con la atención centrada en la reunión del 8 de abril de la comisión intergubernamental, Barcelona se enfrenta a un dilema fundamental para los próximos años: "¿cómo salir de la alerta hídrica sin comprometer nuestro futuro?"
Estamos hablando de la sequía más prolongada en la historia moderna de Cataluña. A pesar de las lluvias recientes, las secuelas de la sequía continúan afectando a vastas áreas de la comunidad. Un claro ejemplo son los avellanos del Camp de Tarragona, que se encuentran en peligro debido a la salinidad de los acuíferos y la insuficiencia de depuradoras.
Sin embargo, la situación parece estar mejorando. Los embalses del Ter contienen actualmente 202 hm3 (el 50% de capacidad) y los del Llobregat 162 hm3 (el 76%). Ambos han superado los límites establecidos para levantar la alarma. Además, los caudales se han restablecido, garantizando el suministro de agua para todo 2025, incluso si no llueve más durante el año.
No obstante, la prudencia sigue siendo la palabra del momento. El Govern enfatiza la necesidad de ser cautelosos, pero la historia nos ha enseñado que la prudencia no siempre es suficiente en la gestión del agua. Desde hace más de tres décadas, cada ciclo seco ha llevado a la implementación de medidas emergentes que, al ser adoptadas, no se han eliminado al regresar las lluvias, lo que ha exacerbado problemas de sobreexplotación y contaminación de acuíferos y humedales.
El futuro presenta un escenario incierto. Se prevé que la distribución de las lluvias cambie drásticamente en varias regiones de Cataluña, con algunas zonas experimentando precipitaciones mucho menores. Incluso si abril resulta ser un mes más húmedo de lo normal, la llegada de sequías severas sigue siendo una posibilidad latente.
Las infraestructuras continúan avanzando y se están implementando cambios en la gestión para añadir "31 hm3 adicionales" al suministro hídrico. Sin embargo, surge la pregunta crucial: ¿cómo se asignarán esos recursos? Cataluña debe decidir si quiere estar mejor preparada para los desafíos venideros o, una vez más, dejar que las futuras generaciones enfrenten el problema.
En resumen, la situación del agua en Barcelona es un tema que requiere atención urgente y decisiones estratégicas para asegurar un futuro sostenible.