La junta directiva de Uriarte enfrenta una situación crítica tras la salida de su tercer miembro desde que asumieron el mando en 2022. En un movimiento inesperado, Egoitz Begoña ha presentado su dimisión hoy, citando motivos profesionales que, coincidentemente, marcaron las salidas de sus predecesores: Adolfo Plaza, el vicetesorero, dejó su puesto en abril de 2023, y Ana Díez lo hizo en agosto del mismo año. Sin duda, este éxodo de directivos plantea serias preguntas sobre la estabilidad en la gestión del club.

Begoña, quien ha sido parte activa en la Comisión Social y en el Patronato de la Fundación, recibió la gratitud del clube por su esfuerzo y dedicación: "Le deseamos el mayor éxito personal y profesional para el futuro". Sin embargo, la situación está lejos de ser normal.

El exdirectivo, abogado laboralista y socio de la prestigiosa firma Arinsa, ha compartido un mensaje reflexivo antes de su partida, agradeciendo al presidente y a todos sus compañeros: “Esta decisión ha sido meditada y responde a razones personales que me llevan a dar un paso al lado en esta etapa. Mi creciente actividad profesional me impide responder eficazmente al alto nivel de exigencia que requiere la junta”. Su cambio de rumbo deja entrever la presión que implica ser parte de la administración del club.

Con una carrera sólida en el ámbito del asesoramiento jurídico-laboral, donde ha negociado múltiples convenios y acuerdos, su salida podría ser un golpe para el club en temas legales y de relaciones laborales. Además, su experiencia como profesor en el Máster de Acceso a la Abogacía demuestra su compromiso y habilidad profesional, pero también destaca el creciente desgaste al que se está sometiendo a los directivos del club.

Begoña subrayó que ha sido un honor colaborar con un equipo tan comprometido y apasionado por los valores que el club representa. A pesar de su marcha, confía en que el club seguirá creciendo, tanto deportiva como socialmente. Sin embargo, este es solo un deseo; la realidad es que la junta ahora cuenta con un número par de miembros, 16 en total, por lo que necesariamente deberán buscar un reemplazo, a menos que otro directivo decida seguir su ejemplo.

Su mensaje final fue un deseo de éxito para el Athletic, su plantilla y la afición, recordando con emoción la mágica conquista de la Copa del pasado año. No obstante, la pregunta que queda en el aire es: ¿será este el inicio de un descontento más profundo dentro de la directiva del Athletic de Bilbao?