'Blancanieves' ha vuelto con una nueva versión que se aparta del tradicional '... y los siete enanitos', un cambio que refleja una intención de adaptación a las nuevas sensibilidades sociales, pero que también ha traído consigo una serie de controversias. La película, cuyo presupuesto superó los 270 millones de dólares, no ha tenido el impacto esperado en taquilla, ya que las críticas y polémicas han rodeado su lanzamiento desde el principio.

Una de las principales polémicas surge de la elección de Rachel Zegler como protagonista, ya que su ascendencia colombiana llevó a que se modificara la trama: ahora no es Blancanieves por el color de su piel, sino porque nació en medio de una tormenta de nieve. El mensaje de empoderamiento es claro, pero algunos consideran que la película no logra alejarse del estereotipo de la princesa romántica.

Zegler ha defendido su interpretación asegurando que su Blancanieves no es la tradicional princesa que espera ser rescatada, sino una líder lista para enfrentarse a los desafíos. En sus propias palabras, la original 'es extremadamente anticuada en lo que respecta a la idea que se tiene de las mujeres en los roles de poder'. Sin embargo, ¿es realmente una historia transformadora o simplemente un cambio de fachada?

La música también juega un papel importante en esta versión, destacando una nueva canción titulada 'Waiting on a wish', pero las intervenciones públicas de Zegler han generado más controversia que admiración. A raíz de su activismo propalestino, algunos han interpretado sus comentarios como un desaire hacia su coprotagonista Gal Gadot, directamente vinculada al servicio en las Fuerzas de Defensa de Israel.

Otro punto relevante es el tratamiento de los enanitos. En lugar de los nombres clásicos como Mudito o Gruñón, la producción decidió digitalizar a los personajes mediante CGI, un esfuerzo que ha sido criticado por actores como Peter Dinklage, quien expresó su desconcierto y llamó a la coherencia en la adaptación: "Es irónico que elijan a una actriz latina para el papel principal pero continúen con la historia de los siete enanitos en la cueva de la animación original".

Disney ha defendido su decisión de crear a los enanitos digitalmente, argumentando que querían evitar perpetuar estereotipos negativos. De hecho, contrataron a un actor real de enanismo para un papel secundario, quien solo tiene la oportunidad de hacer un chiste en la película.

En esta nueva versión tampoco hay un corazón en un cofre, sino que la malvada reina ofrece a Blancanieves una manzana, un giro que según los productores era más apropiado para la audiencia actual. Sin embargo, la falta de elementos dramáticos ha llevado a muchos críticos a cuestionar si esta adaptación realmente ofrece algo nuevo o si, en el fondo, es solo un intento de vender una narrativa más 'progresista' que no se alinea con los verdaderos cambios en la percepción de género en la narración de historias.

En conclusión, esta interpretación de 'Blancanieves' se encuentra en el ojo del huracán no solo por sus decisiones creativas, sino también por las tensiones culturales que exacerba. La pregunta es: ¿ha logrado Disney reinventar un clásico o ha caído en la trampa de la superficialidad al intentar satisfacer la agenda 'woke' sin ofrecer una verdadera evolución narrativa?