La reciente y contundente derrota de Brasil ante Argentina ha puesto en la cuerda floja a Dorival Jr. como director técnico de la selección. Las autoridades de la Confederación Brasileña de Fútbol están en plena conversación con el entrenador para definir su continuidad, y se rumorea que su despido podría ser oficial en las próximas horas. Los medios brasileños están al tanto de que "la dirección de la CBF ya ha decidido destituir a Dorival Jr. y la reunión de esta tarde es solo para dialogar sobre su salida", según reporta UOL. La inestabilidad en su posición ya era evidente antes del parón internacional de marzo, pero su rendimiento reciente ha acelerado su caída.

Mientras tanto, el máximo candidato para tomar el mando de la selección es Carlo Ancelotti. En una reciente conferencia de prensa, el italiano fue claro sobre su situación contractual con el Real Madrid: "No tengo nada que añadir. Estoy muy ligado al equipo nacional de Brasil, pero tengo contrato con el Real Madrid". Ancelotti, que tiene un contrato hasta mediados de 2026, podría estar disponible para liderar a Brasil justo después de la Copa Mundial que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá.

A pesar de que el siguiente compromiso oficial de Brasil será en junio contra Ecuador y Paraguay, la atmósfera dentro de la CBF parece indicar que estamos ante el final de un ciclo. Tras la salida de Tite, el equipo ha carecido de consistencia, y aunque Ramon Menezes y Fernando Diniz asumieron el cargo de forma interina, ambos fueron incapaces de ofrecer el rendimiento necesario, sufriendo derrotas clave.

Dorival Jr. tomó el comando en marzo de 2024 y logró una victoria amistosa contra Inglaterra en Wembley, pero su récord global es preocupante: 7 triunfos, 6 empates y 3 derrotas en 16 partidos. Brasil, actualmente con 21 puntos en las Eliminatorias, está en una posición relativamente cómoda para clasificar al Mundial, pero el deseo de la CBF es hacer esto bajo un proceso estable y exitoso.

La presión sobre el entorno del fútbol brasileño es intensa, ya que la afición exige ver a su selección en la cima nuevamente. La incertidumbre sobre la próxima elección del entrenador y las dudas sobre el futuro del equipo hacen que todos los ojos estén puestos en la Confederación, mientras Brasil busca recuperar su imagen y el rendimiento que lo han caracterizado en el pasado.