El gobierno de Nicolás Maduro expresó su firme rechazo este domingo a la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798. Desde la capital venezolana, se argumentó que esta medida "criminaliza, de forma infame e injusta", a los migrantes venezolanos, quienes, según el chavismo, son individuos víctimas de las sanciones impuestas por Estados Unidos y otros gobiernos occidentales.

A través de un claro comunicado, Venezuela condenó lo que considera una "ley anacrónica, violatoria de los derechos humanos e ilegal", señalando que tales acciones evocan "eposodios oscuros de la historia de la humanidad". El gobierno venezolano también denunció que sus ciudadanos en Estados Unidos están sufriendo una "persecución" injusta.

La invocación de esta ley por parte de Washington tiene como objetivo, según sus autoridades, acelerar las deportaciones masivas de miembros de la banda de origen venezolano conocida como el Tren de Aragua. El decreto estipula que todos los venezolanos mayores de 14 años que sean miembros de esta banda y que se encuentren en el territorio estadounidense, sin la naturalización ni el estatus de residentes permanentes, serán considerados "enemigos extranjeros" y estarán sujetos a detención y expulsión.

Caracas mostró su "profunda indignación" ante lo que considera una "amenaza de secuestro" a menores de 14 años, enfatizando que la clasificación de niños como miembros de grupos terroristas en un documento formal es un precedente muy grave. La administración venezolana argumenta que aquellos que han abandonado su país lo han hecho en busca de "alternativas de vida" y debido a las crisis económicas provocadas por este "bloqueo criminal".

"No son terroristas, no son criminales ni 'enemigos extranjeros'. Son víctimas", reiteró el chavismo, ignorando las opiniones de algunos sectores de la oposición que han solicitado la aplicación de medidas coercitivas unilaterales y planteando acusaciones de que han creado una "red criminal de coyotes". Cabe recordar que la Ley de Enemigos Extranjeros fue utilizada por última vez durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se detuvo a aproximadamente 120,000 estadounidenses de origen japonés.

La actual situación tensa entre Venezuela y Estados Unidos resalta la crisis migratoria que enfrenta América Latina, donde millones de venezolanos han buscado refugio en otros países debido a la profunda crisis económica y política que azota a su nación natal. Hoy, el futuro de muchos migrantes depende de cómo se desarrollarán estos acontecimientos legales y políticos en el plano internacional.