El año pasado fue un verdadero desafío emocional para Cari Lapique, quien se enfrentó a una serie de tragedias devastadoras. Tras la muerte de su esposo, Carlos Goyanes, el 7 de agosto a los 79 años, la tristeza se adueñó nuevamente de su hogar cuando su hija mayor, Caritina Goyanes, falleció a la temprana edad de 46 años, también a causa de un infarto. La doble pérdida dejó a Cari y a su familia sumidos en una profunda tristeza, una herida que, lamentablemente, fue ampliada a principios de este año con el fallecimiento de su hermano Manuel.

En medio de esta tormenta emocional, Cari ha mostrado una increíble fortaleza, apoyándose en su círculo íntimo. Su hija Carla Goyanes y sus queridos nietos son su razón de seguir adelante. Recientemente, compartió un conmovedor momento en sus redes sociales, recordando a Caritina con amor.

"El iPhone me manda este recuerdo", escribió Cari junto a una encantadora imagen de su hija sonriendo, posando con uno de sus nietos. Esta instantánea, capturada hace dos años, es un recordatorio de la alegría que Caritina trajo a su familia.

Para Cari, sus nietos son una luz en medio de la oscuridad. En marzo, celebraron el cumpleaños de Pedro, el hijo mayor de Caritina, un evento que Cari no pudo dejar de compartir en sus redes, mostrándose agradecida por tener a su familia cerca.

"Pedro, mi nieto mayor ha cumplido ayer 15 años. Un día muy especial para nosotros. Aprovecho para daros las gracias a todos los que habéis estado pendientes de mí estos meses", publicó una Cari emocionada, brindando un vistazo a su resiliencia y la importancia de la familia en el proceso de duelo.

Además, Carla Goyanes ha expresado su dolor y amor hacia su hermana en conmovedores mensajes en las redes. Recordando a Caritina, Carla escribió una emotiva carta que dejó sin palabras a muchos. "Eras única e irrepetible, la más generosa y divertida. Nos faltaba tanto por hacer juntas".

A pesar de las tragedias, el recuerdo de Caritina y su legado se vive a través de la familia, quienes siguen honrando su memoria y encontrando en cada día un motivo para sonreír, recordando que, aunque la pérdida es devastadora, el amor siempre persistirá.