Madrid, 21 de marzo de 2025. El mundo del espectáculo vuelve a ser objeto de controversia tras la reciente revelación de Carlos Cánovas, el viudo de la difunta actriz Silvia Tortosa. Un año después del triste fallecimiento de Tortosa, quien murió el 23 de marzo de 2024 a causa de complicaciones por cáncer de mama, Cánovas ha decidido renunciar a cualquier derecho sobre su herencia, que podría haber ascendido a unos 300.000 euros.

En declaraciones exclusivas a este medio, Cánovas enfatiza: «Sigo respetando el nombre de Silvia por encima de todo. Fue mi gran amor y la quise como a nadie. Si en sus últimas voluntades estuvo desheredarme, yo lo he aceptado y no he reclamado nada judicialmente». Esta decisión ha dejado a muchos asombrados, dado que, a pesar de haber podido recurrir legalmente a la herencia, él opta por mantener el respeto hacia los deseos de Silvia.

La historia de amor entre ellos, que se extendió por 17 años, parece haberse visto afectada por un dramático cambio en la vida de Silvia. Antes de su fallecimiento, ella tomó la decisión de desheredar a Cánovas, dejando su patrimonio a su amiga Ana Congost. Se rumorea que esta decisión estaba relacionada con la infidelidad de Cánovas, quien ha sido objeto de controversia al ser vinculado sentimentalmente con otra mujer. Ana Congost, conocida como 'La Pollera', ha sido descrita como la influencia principal detrás de este cambio drástico en el testamento.

El patrimonio de Tortosa, que incluye propiedades valoradas en varias millones de euros, ha sido el centro de atención mediática. Ana Congost recibió tres propiedades, incluida la casa de Puerta de Hierro, que fue el hogar compartido del matrimonio. Esta propiedad es especialmente significativa para Cánovas, ya que alberga recuerdos de su vida juntos. Las otras dos propiedades son apartamentos en Barcelona, que también formaban parte del legado de Tortosa.

Además, no solo Congost se beneficia de la herencia; las ex cuñadas de Silvia, una estadounidense y otra española, también recibirán una parte, junto con otras organizaciones benéficas que obtuvieron donaciones por voluntad de la actriz.

La historia se complica aún más al revelarse que Congost, en un intento por probar la infidelidad de Cánovas, contrató un detective privado. Según fuentes cercanas, este detective siguió a Cánovas y recogió pruebas que llevaron a Silvia a hacer cambios en su testamento. Carlos sostiene que este nuevo testamento es simplemente un producto de un momento de ira, conocido como 'el testamento de un cabreo'. Él afirma que, a pesar de la tristeza y el dolor que ha causado esta situación, solo desea que se respeten los deseos de Silvia.

Carlos ha estado alejado de los medios durante este último año, rechazando numerosas ofertas para aparecer en televisión, a pesar de las tentadoras sumas de dinero que se le ofrecieron. Afirma que su verdadero deseo siempre fue estar al lado de Silvia, y que la enfermedad de ella le fue oculta durante sus últimos momentos por un círculo muy restringido de amigos.

La novela de la vida de Silvia Tortosa y la complejidad de su herencia mantienen a los seguidores de la actriz y al público en general al borde de sus asientos, dejando la pregunta: ¿quién realmente se beneficia de esta trágica historia?