Desde principios de este año, el Real Madrid ha estado en el punto de mira debido a la reactivación del caso de los pasaportes falsos que involucra a dos jugadores de la Liga Endesa: Andy Panko y Marcus Slaughter. Panko, quien jugó en el Baloncesto Fuenlabrada, no utilizó el pasaporte, mientras que Slaughter sí lo hizo durante su tiempo en el club blanco (de 2012 a 2015). La situación se complica por el hecho de que ambos jugadores compartían el mismo número de serie de su visado, algo que fue reportado al Consejo Superior de Deportes tras las competiciones.

La gran pregunta ahora es: ¿cómo se puede demostrar que el Real Madrid tuvo un papel significativo en este escándalo como para ser despojado de sus títulos, incluyendo la Liga y la Copa de 2015? Este último, que ha suscitado tanto interés, es clave para el FC Barcelona, que ha impulsado el proceso judicial en los últimos meses. Sin embargo, la verdad es que la Euroliga no implica restricciones de cupos para la formación de equipos, lo que complica además la acusación.

Marcus Slaughter obtuvo el pasaporte entre enero y febrero de 2015 y compitió en varias competiciones, incluyendo la Copa y doce partidos de la fase regular. Aunque el Madrid se ha defendido afirmando que no tenía conocimiento del problema con el pasaporte, los hechos revelan que los clubes generalmente dejan en manos de las agencias de representación la gestión de estos documentos.

En 2017, Slaughter mencionó que su agente en España, Julián Aranda, le ofreció conseguir el pasaporte por 35,000 dólares, pero también insinuó que alguien del Real Madrid estaba involucrado. El club ha negado estas afirmaciones rotundamente. La defensa del Madrid sostiene que actuó de buena fe y que la diligencia en la obtención del pasaporte no implica culpabilidad en el fraude.

La situación parece destinada a complicarse, ya que la actuación de las instituciones competentes y la propia dinámica de la Liga Endesa serán cruciales para determinar si hay responsabilidad en el club. Miguel Cardenal, ex presidente del Consejo Superior de Deportes, llegó a catalogar al Real Madrid como “una víctima” en este caso, lo que da un indicio sobre el posible desenlace.

De este modo, aunque muchos claman por una posible sanción para el equipo merengue, existen numerosas dificultades para probar su complicidad, lo que sugiere que el camino por delante será largo y lleno de obstáculos. La defensa del club se sostiene en la buena fe y la falta de implicación en el proceso burocrático que envolvió a Slaughter. Así, el futuro del Madrid en este caso sigue siendo incierto, pero la posibilidad de perder títulos históricos parece improbable.