Un grupo de investigadores españoles ha decidido alejarse de la investigación en Estados Unidos, alegando un ambiente hostil y opresivo similar al que se vivió en Alemania en los años 30. Juan Suárez, cuyo nombre ha sido cambiado por razones de seguridad, es un líder de investigación en un prestigioso centro de Biomedicina y ha manifestado su preocupación por la crisis financiera que enfrenta la investigación biomédica en el país. "Vivimos en una crisis existencial enorme. Si estos fondos se acaban, nuestras instituciones no podrán sostenerse y muchos de los proyectos que hemos desarrollado a lo largo de los años quedarán paralizados", advierte quien lleva más de 20 años trabajando en EE.UU.

La situación se ha vuelto crítica tras la decisión del gobierno de Trump de limitar el financiamiento indirecto a un 15%, cuando anteriormente este podía alcanzar hasta un 80% de los fondos de investigación. Esto ha llevado a un escenario apocalíptico para muchas universidades, dejando a los investigadores en un estado constante de incertidumbre y miedo. "Hay un temor real entre la comunidad académica. La economía de la investigación está colapsando, y muchos proyectos, que son esenciales para la salud pública, se están abortando", expresa Suárez con gran preocupación.

La genetista María Rodríguez, también en el país desde hace una década, ha sido testigo de cómo se eliminan estudios esenciales debido a las restricciones impuestas por la administración actual. "No podemos comunicar nada sobre temas de salud que no esté autorizado, lo cual es inaceptable. Esto recuerda a un estado de terror donde los investigadores sienten que no pueden expresarse sin temor a represalias que podrían poner en riesgo sus vidas laborales", señala Rodríguez. En una atmósfera de creciente paranoia, muchos investigadores están considerando regresar a Europa por la inseguridad laboral.

La situación laboral no solo afecta a los científicos españoles, sino que es un problema que abarca a una gran cantidad de investigadores latinoamericanos. Según Rodríguez, algunos padres hispanohablantes evitan salir a la calle por miedo a las deportaciones, lo que refleja un clima de temor que se está expandiendo. "La comunidad latina está muy asustada. Ya no vemos a la gente en las calles, ni en las iglesias o supermercados", advierte.

Por otro lado, esta crisis podría ser una oportunidad para los países europeos de atraer a estos científicos de vuelta. Luis Serrano, del Centro de Regulación Genómica en Barcelona, comenta que tras la caída de la Unión Soviética hubo un éxodo de científicos hacia EE.UU. y ahora es el momento de revertir este fenómeno. "Necesitamos un plan sólido para atraer a estos investigadores de vuelta a Europa, no solo salarios competitivos, sino también ambientes que fomenten la investigación y la innovación", sostiene.

Avanzando en la búsqueda de oportunidades, el CRG en Barcelona ha recibido varias consultas de investigadores de universidades estadounidenses que quieren regresar a Europa. Sin embargo, aún hay incertidumbre, especialmente tras la cancelación de proyectos de investigación debido a restricciones gubernamentales, como el caso de un proyecto sobre trasplante de ojos que fue retirado del CRG por la afiliación de una investigadora con un centro en China.

La crisis en la ciencia no solo se limita a los efectos en la investigación, sino que también pone en peligro la salud pública. Un grupo de investigadores está preocupado por la falta de comunicación con los centros de control de enfermedades y el impacto que esto podría tener en la prevención de pandemias y brotes de enfermedades contagiosas. "Recortar fondos de la investigación implicará un resurgimiento de enfermedades que pensábamos controladas", advierte Javier Martínez Picado, quien trabaja en investigación sobre el VIH.

El clima de protestas sigue creciendo. El 8 de abril, se prevé una gran manifestación en Washington a favor de la ciencia, donde se espera que las voces de los científicos españoles se hagan escuchar. En juego está no solo el futuro de la investigación científica en EE.UU., sino también el bienestar de la humanidad. ¡No te quedes al margen de esta lucha por la ciencia!