En un giro inesperado, Israel anunció que, aunque está dispuesta a escuchar las opiniones de Estados Unidos, tomará decisiones basadas en sus intereses nacionales durante este tenso conflicto. La oficina del Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, dejó clara su postura: no se atacarán objetivos nucleares o infraestructuras petroleras de Irán, a pesar de la reciente escalada de ataques.

A lo largo de la madrugada, al menos 13 personas perdieron la vida debido a nuevos bombardeos en Gaza, con informes que señalan que entre las víctimas hay cuatro personas que se encontraban en una vivienda en el campamento de Yabalia, una región que ha sido severamente golpeada por la violencia reciente. Asimismo, ha habido muerte en el pueblo de Bani Suheila, y muchos otros fueron heridos en ataques similares.

En el ámbito diplomático, Estados Unidos ha sido clave en la mediación de este conflicto, pero su influencia parece estar disminuyendo al momento en que Israel reafirma su autonomía en la toma de decisiones. Netanyahu, en conversaciones recientes, reiteró que las represalias a los ataques de Irán serán dirigidas a intereses militares, evitando dañar las instalaciones nucleares del país. Esta estrategia busca minimizar el impacto en el mercado del petróleo, evitando que el régimen iraní sufra un golpe que desencadene un aumento de precios mundial.

Simultáneamente, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) está llevando a cabo una crucial campaña de vacunación contra la poliomielitis en Gaza, con el objetivo de proteger a alrededor de 590,000 niños menores de 10 años. Sin embargo, esta iniciativa se ve ensombrecida por la violenta situación en la región: el bombardeo a un complejo hospitalario dejó al menos cuatro muertos y más de 40 heridos.

El Reino Unido, en un movimiento enérgico, impuso sanciones a varios miembros y organizaciones militares iraníes en respuesta a su ataque con misiles a Israel. David Lammy, el secretario de Relaciones Exteriores británico, anunció que se están tomando medidas para responsabilizar a los actores involucrados en acciones consideradas inaceptables por parte de la comunidad internacional.

La violencia no cesa. En las últimas 24 horas, se ha reportado que se han intensificado los combates en el norte de Líbano, donde al menos 21 personas perdieron la vida en un ataque israelí que sorprendió a una comunidad principalmente cristiana. Este ataque se suma a la serie de bombardeos que han desplazado a más de un millón de personas, aumentando la presión sobre la ONU para actuar en apoyo a los refugiados.

En medio de este complicado entramado, el Ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, ha declarado que su país está dispuesto a dialogar, resaltando la importancia de la diplomacia para desescalar la situación tensa en la región. Mientras tanto, el presidente español, Pedro Sánchez, enfatizó que su país se opone firmemente a cualquier retirada de las tropas de la ONU en Líbano, destacando su compromiso con la estabilidad en la región.

La comunidad internacional se encuentra en una encrucijada crítica. Las ONG advierten que si no se toman medidas concretas para frenar el desplazamiento forzado y garantizar la llegada de alimentos y asistencia humanitaria, se complicará aún más la crisis del norte de Gaza. Las tensiones no muestran signos de disminuir y la situación humanitaria se agrava con cada día que pasa.