En un sorprendente giro de los acontecimientos, el Gobierno ha aprobado una inversión de 2.084 millones de euros en Defensa, lo que ha generado un intenso debate interno. La ministra de Sanidad, Mónica García, representante de Sumar, ha admitido que su coalición ha expresado ciertas "observaciones" sobre este gasto militar.

García justificó la aprobación, afirmando que se trata de "compromisos adquiridos en Defensa antiguos". En una conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, subrayó que, aunque existen "discrepancias sanas" dentro del Gobierno, es esencial avanzar hacia una "autonomía estratégica" que trascienda el mero gasto militar.

"Necesitamos hablar de un concepto de Defensa más amplio", añadió García, sugiriendo que debería incluir áreas críticas como la Sanidad, especialmente en tiempos de crisis global. Este enfoque refleja una tendencia creciente a reconsiderar cómo se asignan los fondos del Gobierno, enfatizando la importancia de invertir en el bienestar público.

A pesar de la presión de la Unión Europea para aumentar los gastos en Defensa, Sumar ha mantenido una postura firme en contra de cualquier incremento que implique un rearme significativo. Horas antes de la aprobación, Gerardo Pisarello, diputado de Sumar por Catalunya en Comú, advirtió: "Que no se les ocurra traer ningún plan de rearme al Congreso porque no lo vamos a aprobar".

La gestión de estos fondos y el futuro de la política de defensa en España continúan siendo temas candentes, con numerosos grupos activistas y ciudadanos preocupados por cómo se priorizarán las inversiones públicas. Con la creciente tensión geopolítica en el horizonte, la decisión del Gobierno podría tener repercusiones significativas en la política interior, y los ciudadanos están atentos a los próximos movimientos de sus líderes.