En Puebla, el corazón automovilístico de México, se sintió un gran alivio tras el anuncio de los nuevos aranceles que Estados Unidos planea imponer. A pesar de los temores iniciales, las medidas de la Casa Blanca parecen menos devastadoras de lo que se pronosticaba, gracias a la consolidada reputación de México como un centro de producción automotriz confiable.

Sin embargo, las opiniones entre los habitantes son variadas. Fabricio Fernández, un estudiante de empresariado, afirma con optimismo: "No hay razón para tener miedo.” En contraste, Julia, una jubilada preocupada, expresa su inquietud: "Es todo muy preocupante para la gente, para el país, para todo. Cuando voy al supermercado, noto que los precios suben y, si no hay más empleo, la situación empeora".

Impulso a proveedores mexicanos

Durante el primer mandato de Trump, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC) trajo consigo un rayo de esperanza para la industria. Thomas Karig, consultor administrativo y exvicepresidente de Volkswagen en Puebla, destaca que el sector automotriz ha sido el gran ganador con un aumento del 20.5 por ciento en la producción regional. La demanda de piezas para vehículos en EE.UU. también ha crecido, lo que sugiere que ambos países se benefician de esta renegociación.

A pesar de la incertidumbre, el gobierno mexicano respira con confianza. Marcelo Ebrard, secretario de Economía, asegura que esta reorganización comercial puede ser una oportunidad dorada para México. "Estamos ante el nacimiento de un nuevo orden comercial y, probablemente, geopolítico. Una fase ha terminado y otra ha comenzado".

¿Espera una nueva renegociación?

Los expertos avisan que podría haber una nueva ronda de negociaciones entre México y EE.UU. para reforzar el "contenido regional" del T-MEC. Kenneth Smith, quien estuvo involucrado en la renegociación anterior, sostiene que EE.UU. busca reabrir el acuerdo, mientras que Karig señala que aunque México podría implementar contraaranceles, esto no sería conveniente y afectaría a los consumidores mexicanos.

Reacciones mixtas ante la política arancelaria

Las consecuencias de las políticas arancelarias de EE.UU. se han sentido rápidamente. Medios locales informan que Stellantis ha decidido detener temporalmente la producción en dos de sus plantas mexicanas, mientras que Nissan también ha suspendido labores en sus instalaciones. No obstante, la noticia no es toda negativa, ya que Volvo ha confirmado un aumento en su inversión en la planta de Ciénega de Flores, en Nuevo León, a 700 millones de dólares, una decisión que podría salvar miles de empleos.

En conclusión, aunque la industria automotriz mexicana enfrenta desafíos, también se vislumbran oportunidades. La capacidad de adaptación y la búsqueda de alianzas estratégicas serán cruciales para sortear las turbulencias que se avecinan en el horizonte.