Los críticos del PSOE de Andalucía están ansiosos, a la espera de que el presidente del Gobierno y secretario general del partido, Pedro Sánchez, emita señales sobre un posible cambio de liderazgo en la comunidad, específicamente en torno a Juan Espadas. Este ambiente de incertidumbre se agudiza a medida que se acerca el 41º Congreso Federal, que se celebrará en Sevilla en una semana. Hasta que se clausure el congreso, se espera que todos los miembros del partido muestren unidad a pesar de las tensiones internas, con la esperanza de que Sánchez salga fortalecido a pesar de las críticas constantes que enfrenta.

Mientras tanto, el 15º Congreso Regional del PSOE andaluz aún no tiene fecha definida. La dirección federal ha ampliado los plazos para los cónclaves territoriales hasta finales de marzo y para los provinciales hasta julio. Sin embargo, esto no significa que la oposición al liderazgo de Espadas esté en silencio. Recientemente, un grupo de 48 exdirigentes de las provincias de Sevilla, Málaga, Granada y Almería, liderados por José Caballos, exportavoz del grupo parlamentario socialista, ha exigido un cambio en la dirección del PSOE andaluz. Caballos sostiene que es necesario abandonar el 'continuismo absurdo' y apostar por un nuevo enfoque para el partido.

En un manifiesto publicado en los diarios del grupo Joly, Caballos critica el 'ciclo negativo' del PSOE andaluz, ligado al tiempo en que Susana Díaz estaba al mando. Este comentario ha excluido a los susanistas del apoyo al documento, lo que parece ser un objetivo intencionado de los firmantes. Además, el autodenominado grupo Bases Andaluzas Socialistas demanda una 'transformación radical' dentro del partido.

Por otro lado, Juan Carlos Ruiz Boix, secretario general del PSOE en Cádiz y alcalde de San Roque, ha hecho un llamado a una 'reflexión profunda' sobre las expectativas del PSOE en Andalucía, subrayando la necesidad de convertirse en una alternativa viable al gobierno de Juan Manuel Moreno. Su respaldo ha recibido apoyo en redes sociales por otros miembros del partido, generando resistencia por parte de figuras como Noel López, ex secretario de Organización.

Espadas, en tanto, cuenta con el sólido respaldo del PSOE de Sevilla, donde Javier Fernández de los Ríos es su mayor aliado. Este apoyo le confiere una posición fuerte, ya que preside la Diputación y defiende que Espadas no solo debe continuar en el liderazgo del partido, sino también aspirar a la presidencia de la Junta. Sin embargo, algunos analistas observan que la sucesión podría estar en juego si Espadas no logra un buen desempeño en las elecciones autonómicas de 2026.

La postura del PSOE de Jaén es otra área de interés. Su secretario general, Paco Reyes, también parece estar considerando su salida, lo que podría afectar el equilibrio de poder dentro del partido. Históricamente, Jaén ha jugado un rol crucial en la fortaleza del PSOE andaluz.

Desde que fue elegido, Juan Espadas ha enfrentado una creciente presión interna. A pesar de aceptar abiertamente su deseo de seguir al frente del partido, la falta de reuniones en su ejecutiva y un ambiente crítico en su grupo parlamentario sugieren que su liderazgo podría estar cuestionado. Recientemente, la designación de Sara Aagesen como ministra para la Transición Ecológica ha desvanecido las especulaciones sobre un posible ascenso de Espadas en el Gobierno, dejando un aire de incertidumbre sobre su futuro en el PSOE andaluz.

Esta situación podría desenlazarse en un futuro próximo, comenzando con el congreso y las decisiones que Sánchez tome. La pregunta es: ¿podrá Espadas mantenerse en el poder o asistiremos a un cambio de liderazgo histórico en el PSOE andaluz?